Y con los resultados en la mano, actas al 100 % ya es
posible escribir algo coherente sobre este inútil, costoso y antipático proceso
de revocación que hemos tenido que tragarnos todos los limeños, por la mano
negra del apro-fujimontesinismo-castañedismo-pirañismo.
En primer lugar, pensé en no ir a votar, iba a dejar de comprar
unos libros, unas pelas, o menos helado y chocolate para gastar 74 mangos en pagar la multa.
Pero se trataba de Susana Villarán, de quien jamás podre
dudar y por quien guardo un profundo respeto, ya que sus convicciones
filosóficas, personales, religiosas, la
convierten en una rara avis de la pálida política peruana.
Su
transparencia y honradez me conmueven hasta mi fuero más íntimo y siento que si
no apoyamos a personas con una ética y una moral como la de ella, no hacemos más
que hacerle el juego al lado obscuro ese que pretende decirnos que mejor no nos
metamos, que para llevar la fiesta en paz hay que meterse la lengua al
bolsillo.
No me criaron con esa mentalidad de civilizado y
convenenciero peruano de estos tiempos, además tengo la suerte de conocer a su
hija Soledad, quien es una diaria demostración de generosidad, transparencia y
entrega.
Con unas condiciones artísticas de primera, que la hace tan
incomprendida, porque bien canta Johansen “incomprendidos somos todos”
(principio que se aplica en especial a quien tenga pulsiones artísticas) que no
se valora bien su real talento.
Bueno, no me levanto los domingos temprano, así que como a
golpe del mediodía me fui a ejercer mi derecho al sufragio.
El genio de Alcalde
que rige Breña, ha destrozado avenidas y jirones por lo que el tránsito estaba más
recargado (los apristas nacieron, como en el poema de Vallejo, un día que Dios
estuvo enfermo, grave) pero igual trepé en un ómnibus que lucía en los asientos
propaganda de preservativos de pésimo gusto, adivina la pose y gánate una Tablet
(que horror)
El regreso lo hice caminando para comprobar que Breña bien
podría servir para una propaganda extrema sobre la duración de los zapatos, no
solo las pistas, las veredas están hechas añicos.
Y como alguna vez escribió el cumpa Donayre, este es un
distrito en que parece que todos los días lloviera mierda. Es el único lugar en
manos del Apra. Ya saben cómo son de aptos para gobernar algo, el país lo saquean,
los distritos los destruyen, sumergen todo en su inoperancia de pandilla
pesetera que se pretende mafia organizada cuando son pura piratería.
Ya en mi casa, espere los resultados, sabiendo que el No iba
a ganar. Consta en líneas publicadas en este blog que estuve apostando por el inexorable
triunfo del No, de la decencia sobre la corrupción y porque me consta que la
gestión actual en la MML es buena.
Soy de los que va al centro y sé que una
obra de verdadera magnitud trasciende al hormigón y al cemento.
Los gobiernos constructores son comisionistas solapas que
han degenerado en ladrones sin escrúpulos, que mandan a robar a sus secuaces y
estos roban también para sí mismos, haciéndose una cadena interminable de
sustracción de dinero y especias. Se la llevan en crudo y en cocido.
Con una copa de vino calmada confirmé que se había
despertado un poco del lavado cerebral que pretendía crear una corriente de
pensamiento que asociara la incapacidad a la alcaldía.
Lo que nunca pensé es que algunos “aliados” direccionaran
sus votos en favor de quitarle el concejo a la gestión de Fuerza Social, quien
pierde 20 de sus regidores entre los que se cuentan a un hombre preparado,
honesto y capaz como Eduardo Zegarra y a la favorita de las derechas
apendejadas, que francamente no es de mi gusto por sus radicalismos arcaicos
que poco tienen que ver con lo de una izquierda moderna, consecuente, que
reparte riqueza y no alborotos.
Me apeno constatar como le hacemos el juego al enemigo real,
como en el caso de Cesar Hildebrandt, quien pretendió desde su semanario
bajarle la llanta a la campaña por el No.
Todo, por sus líos personales con ese apátrida argentino,
nacionalizado francés, radicado brasileño al que parecieran guardarle celos
personales de machos alfa y a quien se le debe reconocer el talento como
manejador de campañas políticas y también como mascarón de proa para recibir
cañonazos de amigos y enemigos. Supo distraer desde su twitter a los mastines
de granja del Apra, a los desencajados e impresentables que se hacen llamar
solidarios, a la izquierda extrema, siempre a babas.
Ahora la cosa ha quedado de tal modo que se puede pasar de
la revocación (término bien rescatado por Mario Ghibellini quien debería tratar
de no llamar tía lentejita a la alcaldesa, por el respeto que se merece una
dama y que además es una persona que se diferencia con su conducta de vida, del
politicastro normal, y porque digamos que el mismo tiene una pinta de haber
sido víctima del bullyng en el colegio) a la posibilidad del chantaje de la vacancia.
Si alguien cree que la derecha de Lourdes Flores no va a cobrar peaje por su
aporte en el Rush hour final, se equivoca. EL PPC es una asociación con fines de lucro.
Lourdes es una persona decente pero venía con la cara ligeramente
manchada por sus relaciones profesionales (ser abogada de Cataño) y se la ha
lavado, al lado de una figura limpia como la de Susana Villarán comportándose
con la coherencia de una social cristiana que cree en sus preceptos, y como una
demócrata a carta cabal.
Pero su partido fue fatal en los noventa, fue proveedor de tecnócratas
a la murga fujimontesinista y no supo ser crítica frente a un gobierno que
tenía el latrocinio como doctrina.
Ha triunfado la tesis del gringo PPK, sus ridículos ppkausas
en las redes han conseguido hacer incómoda la gestión.
Y estamos a vistas de
conocer sus verdaderos trasfondos e intereses, sus amistades brasileras.
Pero que nadie se preocupe, Susana tiene la fuerza de la
buena consciencia, el apoyo de quienes no militamos mas que en la vida diaria, pero somos parte del cambio
real.
Ya he dicho que las verdaderas transformaciones nacen del
corazón, que son procesos evolutivos conscientes, cambiará la mentalidad y sólo
entonces asistiremos al amanecer de un mundo mejor.
Preparémonos, esto recién empieza.
No preguntemos cuantos son, pedimos que vayan saliendo!
HDP