Vanessa Jaramillo ofrece venir al Perú a presentarse en la próxima inaguración del ahora ansiado, reclamado, exigido, investigado y vituperado Metropolitano.
Ya que al mudo le han dado como si hablara mientras no se ha entregado la obra y que en este pan con pescado de constante agresión (en un chalpuchima de chakanistas, fujimoristas e intereses colaterales de ciertos constructores aviesos) no se muestra nada realmente ilegal, Vanessa vendría a mostrar que después de tanto bururú y con la maquinaria funcionando, el tránsito de Lima mejorará por lo menos en un 50 por ciento y los críticos de ahora -tan pobres por cierto que le dan camara y micro a una concejal del nacionalismo que no conocen ni en su barrio- se meterán la lengua al bolsillo y entrarán en un mutismo fatal como cada que vez que el silente Luchito termina algún proyecto y el mismo resulta todo un éxito.
Ella espera hacerlos hablar, susurrándoles, muchachos al fonso siempre habrá sitio para ustedes, total ya están acostumbrados al furgón de cola.
Ella y este blog medio nihilista no ven con buenos ojos tanto inútil linchamiento.
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