¡Qué distraídos son los gringos! por Guillermo Giacosa (*)
Los gringos son gente distraída y sin suerte. Es verdad que son muy ricos, pero ya saben eso del Evangelio y el ojo de la aguja, que pasará un camello. antes que un rico entre al reino de los cielos. Con lo cual, a pesar de su extrema religiosidad y de haber escrito en el dólar "en Dios creemos", no compartirán el paraíso con nosotros, los pobres. Ni siquiera le haremos un TLC de estos verticales, de arriba para abajo, que ellos nos obsequian en este valle de lágrimas y de corruptos y de drogas y de torturadores y de fabricantes de armas y de paranoicos que ven enemigos bajo su cama y de religiosos que hacen plata y de sonsos, que creen todo lo que la prensa les dice, etc.
Pero digo que no tienen suerte, pues el pobre Bush, el arquetipo de estadista que fabricantes de armas y petroleros necesitaban poner al frente de su gran país, se desvivió buscando las armas de destrucción masiva que Saddam Hussein no tenía y ahora, para colmo de males, no solo no aparecen las armas de Saddam sino que desaparecen las que los nobles gringos llevan a Irak para matar terroristas, mujeres, niños y otras criaturas peligrosas (solo 700,000 hasta ahora, no hay que exagerar).
Durante los últimos días, el Departamento de Defensa de EE.UU. perdió el rastro de 110 mil fusiles de asalto AK-47 y 80 mil pistolas entregadas en 2004 y 2005 a policías y militares en Irak.
Según el Washington Post, un informe de la Oficina de Auditoría del Gobierno remitido al Congreso revela que, hasta julio de 2007, "el Departamento de Defensa estadounidense carece de procedimientos aceptables para controlar documentalmente el destino del equipamiento entregado a las fuerzas de seguridad iraquíes".
Estoy seguro de que los islámicos poseen un conjuro secreto para hacer desaparecer armas o para volverlas invisibles ante ojos enemigos. ¿Cómo puede ser, si no, que después de aquella foto de una casa rodante que exhibió Powell en la ONU demostrando que se trataba de un peligroso carromato destinado a fabricar armas químicas, este se haya transformado en nada o en nada importante al menos? Si Bush cree que Dios le sugirió aceptar la presidencia de EE.UU. y luego lanzar la guerra contra Irak, no veo por qué ha de dudar de estos poderes mágicos de los perversos iraquíes.
Además, parece que ampliando dichos poderes, los iraquíes han hecho desaparecer (según la Oficina de Auditoría, brazo investigador del Congreso) 135,000 chalecos antibalas y 115,000 cascos entregados a las fuerzas iraquíes en setiembre de 2005. Ni David Cooperfield lograría hazaña semejante.
A mí, que la vida y los mails me han vuelto un poco mal pensado, se me ocurren dos maldades sucesivas: primero, que quienes arman a la guerrilla iraquí no son ni los sirios, ni los iraníes, sino los propios gringos. Quizá inconscientemente se quieren castigar a sí mismos y lo hacen de esta lucrativa (para las empresas) manera y, segundo, que los fabricantes de armas deben estar que saltan en una pata con estos nuevos e inesperados clientes que les permiten seguir produciendo más destrucción.
(*) Aparecido hoy en el diario Perú21. Guillermo, aparte de ser un tipo querible por lo bonachón, tiene una pluma simpática pero inteligentemente mordáz
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