Deberías por Beto Ortiz(*)
«Un consejo hasta de un pendejo» -dice el viejo refrán. Y si hay alguien en este mundo a quien se los han dado absolutamente todos es, sin duda alguna, a vuestro más sufridito columnista dominical. Para que después no digan que no los entiende o no los escucha, él ha querido, en esta oportunidad, ofrecerles un breve pero esperanzador rosario de pastillitas de sabiduría, primorosamente elaborado con solo un modesto centenar de las mejores que ha escuchado. El abrumado autor, por su parte, apenas si se anima, con la más proverbial de las timideces, a regalar unita.
Deberías bañarte con ruda. Deberías contar hasta diez y pelearte menos con la gente. Deberías dejar de aparecer en las páginas de espectáculos. Deberías entrevistar a Marco Aurelio Denegri. Deberías volverte a hacer, en cámaras, la liposucción. Deberías prender una vela amarilla por las noches y amarrarte una cintita roja en la muñeca. Deberías dedicarte exclusivamente a escribir. Deberías escribir libretos para Betito o para Guille. Deberías hacer stand-up comedy en el Satchmo o en La Mueca o en el Vértice del Museo de la Nación. Deberías hacer reír a la gente más seguido que eso es lo que necesita este país. Deberías tener algo ahorrado. Deberías tener algo (más) invertido. Deberías matricularte en el Cordon Bleu. Deberías amistarte con Ampuero. Deberías conocer en persona a Susana de la Puente. Deberías hacer como Gustavo Rodríguez. Deberías dejar de ponerte esas gorras horrendas que te pones. Deberías solicitar un fraccionamiento de todas tus deudas. Deberías dejar de confiarte tanto de la gente. Deberías conseguirte un contador en el que puedas confiar. Deberías conseguirte un buen abogado (o mejor, un estudio entero). Deberías presentar tu queja a la OCMA por todos los juicios que has perdido. Deberías conseguirte novia aunque sea solamente por levantar tu imagen. Deberías volver a trabajar con Melcochita. Deberías participar en un concurso de novela. Deberías escribir una obra de teatro para Cattone. Deberías escribir la próxima comedia de Carlín o de Machín. Deberías asistir a más cócteles, conocerías mejor gente y harías buenísimos contactos. Deberías dedicarte de lleno a la labor social. Deberías aprender que, en esta vida, hay que cerrar, muchas veces, el hocico. Deberías aprender a no morderle la mano al perro que te da de comer.
Deberías deleitarnos con más artículos sobre las enfermedades de tus viejos (¡te salen mostros!). Deberías pedirle disculpas públicas a Boloña, a Almeyda, a Chicho Mohme. Deberías darle con palo a Alan García. Deberías hacerte una cirugía en la nariz. Deberías tener un hijo (o adoptarlo, que está de moda). Deberías tener un i-pod. Deberías tener Nextel. Deberías hacer TV detrás de cámaras. Deberías escribir guiones tecno-cumbieros para Michelle. Deberías dejar de andar por la vida adoptando muchachos desvalidos. Deberías volver al periodismo serio. Deberías dedicarte a crear ideas para reality-shows. Deberías usar lentes de contacto. Deberías afiliarte al Mahikari. Deberías afiliarte a una AFP. Deberías afiliarte a MySpace y al Hi5. Deberías dejar de comer carnes rojas. Deberías hacer la dieta de Sacha Barrio. Deberías tomar ayahuasca. Deberías poner tu propia productora. Deberías poner tu propia ONG. Deberías publicar en revistas extranjeras. Deberías hacer tú también un programa de cocina. Deberías seguir escribiendo para El Otorongo. Deberías seguir escribiendo para Etiqueta. Deberías comenzar de una vez a ir a terapia donde Coqui. Deberías amistarte con Bernardo. Deberías dejar en paz a Paolo Guerrero. Deberías hacerte depilación por electrólisis. Deberías comprarte un cepillo de lengua. Deberías ponerte la hormona del crecimiento, colágeno, bótox, banda gástrica. Deberías darle más importancia a lo espiritual. Deberías ponerte ropa más acorde con tu edad.
Deberías reconciliarte con todos y cada uno de tus parientes. Deberías entrevistar a Guillermo Giacosa. Deberías irte al cable. Deberías irte a la radio. Deberías hacer pilates, tae-bo, spinning. Deberías perdonar de una vez al famoso trujillano ese que te desfalcó. Deberías darle con palo a Julio Favre. Deberías dejar de parar tanto con chibolos. Deberías conseguirte un buen mecenas. Deberías leer un poema al día. Deberías leer un libro por semana. Deberías leer todo Stendhal, todo Guy de Maupassant, todo Bolaño. Deberías ir al cine tres veces por semana. Deberías ir a la podóloga una vez al mes. Deberías hacerte un Elisa cada tres. Deberías amistarte con Umberto. Deberías conocer en persona a Alonso Cueto. Deberías hacer como Carlos Galdós. Deberías dejar en paz a Raúl Tola. Deberías tomar linaza, uña de gato, paltomiel. Deberías intentar tener alguna clase de disciplina. Deberías aprender a escoger un poquito mejor a tus parejas. Deberías tener una libreta para acordarte de todos los cumpleaños. Deberías usar zapatos de vestir en lugar de zapatillas de básket. Deberías acordarte de ir a misa de vez en cuando. Deberías ir, una vez al año, a las Huaringas. Deberías aprender a escoger un poquito mejor a tus broadcasters. Deberías aprender a escoger un poquito mejor a tus auspiciadores. Deberías tener blog. Deberías arrepentirte de tu amiste con Magaly. Deberías deleitarnos con más artículos como ese sobre el terremoto (¡te quedó espectacular!). Deberías hacer llorar a la gente más seguido, que eso es lo que necesita este país. Deberías tener un black berry. Deberías sacar licencia para portar armas de fuego. Deberías dejar de dar mal ejemplo a nuestros hijos haciendo tanta apología de tu opción. Deberías ser dirigente del Mhol. Deberías mandarte a hacer tu propio dominio de Internet. Deberías mandarte a hacer una business card mínimamente presentable. Deberías someterte a un implante capilar. Deberías dejar de usar arete. Deberías, antes de morirte, ser mencionado aunque sea una sola vez en la Encuesta del Poder. Deberías postular al congreso en el 2011. Deberías amistarte con Enrique. Deberías conocer en persona a Javier Corcuera. Deberías hacer como Brunito Pinasco. Deberías aprender a escoger un poquito mejor a tus colaboradores. Deberías volverte a dejar barba candado. Deberías entrevistar a Mario Testino. Deberías haber terminado derecho. Deberías haber terminado periodismo. Deberías enseñar en la Bausate, en Cícex, en la UPC. Deberías publicar en España. Deberías conocer en persona a Juan Diego Flores. Deberías hacer como Santiago Roncagliolo. Deberías amistarte con Álamo Pérez Luna. Deberías conocer Marrakech, Tel Aviv, Dubai, Constantinopla. Deberías quitarte a vivir a provincias. Deberías quitarte las patillas. Deberías quitarte a vivir a Madrid. Deberías poner tu propia empresa de asesoría en comunicación organizacional. Deberías dejar de escribir todo el tiempo sobre ti mismo. Deberías hacer como la gente normal y conseguirte un trabajo normal en una empresa normal. Deberías renunciar a tu nacionalidad. Deberías regresarte a Estados Unidos. Deberías jurar que nunca vas a mencionarme. Deberías dejar de andar diciéndole a todo el mundo que soy tu amigo.
Deberían darse una buena vueltecita por donde la María Conchita Alonso que los parió.
(*) De su columna aparecida el día de hoy en el diario Perú21
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