Duarte, Manco y La Torre afirmaron que dejaron todo en la cancha por el Perú, y agradecieron a la afición nacional por el apoyo que les brindó durante todo este tiempo en Corea del Sur.
Los jugadores de la selección Sub-17 aseguraron que hicieron su mejor esfuerzo por dejar en alto el nombre del Perú, y que, pese a la derrota por 2-0 ante Ghana, se sienten contentos de estar entre los ocho mejores del mundo.
Las lágrimas y la bronca por la derrota estaban en los rostros de todos los 'jotitas'. Su capitán Néstor Duarte salió al frente a felicitar a sus compañeros por el buen desempeño que tuvieron durante todo el certamen.
"Fue un buen partido, aplausos para Ghana y también para Perú, porque se vio un buen partido y dejamos todo en la cancha", declaró el notable zaguero, quien en este torneo demostró no solo un gran nivel sino también un liderazgo para ordenar y empujar el equipo desde el fondo que no se veía desde hace tiempo en nuestro país.
A su turno, el delantero Reimond Manco afirmó que todavía queda mucho camino por recorrer y que el haber sido eliminados del mundial no es el final de todo. "La verdad, no estamos muertos, fue un tropezón más. Hay que pararse y seguir para adelante. La cosa era morir en la cancha y nosotros lo hicimos, hasta la última gota de sudor", sostuvo en declaraciones a RPP.
Manco aseguró que así les hubieran metido más goles, ellos jamás hubieran dejado de luchar por darle una nueva alegría a nuestro país. "Nunca bajamos los brazos, así nos hicieran el tercero, el cuarto o el quinto, nunca los bajamos", aseveró.
Por su parte, el delanntero Christian La Torre aseguró sentirse muy orgulloso de haber llegado hasta cuartos de final, algo que ninguna otra selección juvenil peruana ha podido lograr.
"Estamos un poco dolidos por la derrota pero a la vez estamos contentos porque hemos dejado todo en la cancha y nunca una selección peruana ha llegado hasta donde lo hemos hecho nosotros. Agradezco al profesor Oré y al resto de mis compañeros", aseguró el atacante del Boys, que agradeció el apoyo de la afición peruana.
"Hemos dejado todo en la cancha, ahora nos queda ir a Perú con la frente en alto y muchas gracias por el apoyo que nos han dado hasta ahora", culminó La Torre.
Los jugadores de la selección Sub-17 aseguraron que hicieron su mejor esfuerzo por dejar en alto el nombre del Perú, y que, pese a la derrota por 2-0 ante Ghana, se sienten contentos de estar entre los ocho mejores del mundo.
Las lágrimas y la bronca por la derrota estaban en los rostros de todos los 'jotitas'. Su capitán Néstor Duarte salió al frente a felicitar a sus compañeros por el buen desempeño que tuvieron durante todo el certamen.
"Fue un buen partido, aplausos para Ghana y también para Perú, porque se vio un buen partido y dejamos todo en la cancha", declaró el notable zaguero, quien en este torneo demostró no solo un gran nivel sino también un liderazgo para ordenar y empujar el equipo desde el fondo que no se veía desde hace tiempo en nuestro país.
A su turno, el delantero Reimond Manco afirmó que todavía queda mucho camino por recorrer y que el haber sido eliminados del mundial no es el final de todo. "La verdad, no estamos muertos, fue un tropezón más. Hay que pararse y seguir para adelante. La cosa era morir en la cancha y nosotros lo hicimos, hasta la última gota de sudor", sostuvo en declaraciones a RPP.
Manco aseguró que así les hubieran metido más goles, ellos jamás hubieran dejado de luchar por darle una nueva alegría a nuestro país. "Nunca bajamos los brazos, así nos hicieran el tercero, el cuarto o el quinto, nunca los bajamos", aseveró.
Por su parte, el delanntero Christian La Torre aseguró sentirse muy orgulloso de haber llegado hasta cuartos de final, algo que ninguna otra selección juvenil peruana ha podido lograr.
"Estamos un poco dolidos por la derrota pero a la vez estamos contentos porque hemos dejado todo en la cancha y nunca una selección peruana ha llegado hasta donde lo hemos hecho nosotros. Agradezco al profesor Oré y al resto de mis compañeros", aseguró el atacante del Boys, que agradeció el apoyo de la afición peruana.
"Hemos dejado todo en la cancha, ahora nos queda ir a Perú con la frente en alto y muchas gracias por el apoyo que nos han dado hasta ahora", culminó La Torre.
Póngase una mano en el pecho y reconozca, mi querido ser humano, accidentalmente nacido en el Perú, si usted y yo no somos culpables de no ser campeones de nada. Reconozca que somos un pueblo de mierda, cobarde y fatalista y que estos muchachos no parecen nuestros paisanos, que podrían ser argentinos o brasileros pero jamás peruanos. Reconozca usted como colaboramos con ese inconciente colectivo losser y bastante cabrón (aqui le decimos criollismo) que antes de jugar el partido ya perdíamos al decir que estabamos haciendo historia al ser uno más del montón, y eso que todos sabemos que nadie se acuerda del octavo, a mí, por ejemplo, pregúnteme de los campeones. Dígame usted si en el fondo no piensa que la mitad (mas la otra mitad de estos chicos ) se van a ir al extranjero, porque en este foncking country no hay lugar para quien quiera ser algo más que una 4x4, una vedette carretona y unos cuantos tragos en la discoteca de moda. Piense y reconozca, my dear perdedor, que si hubíeramos campeonado (como pudimos hacerlo) usted estaría echándose un ron con cocacola, hielo y limón, recordando a los olímpicos de Berlín, al gran Perico León, y los goles de Cachito en la Bombonera, como si revisar la planilla de lo que nunca fue podría generarnos el ser algo más de lo que nos negamos a ser. Es hora que nos dejemos de joder y reconozcamos que si estamos como estamos es única y exclusivamente culpa de nosotros mismos, que somos unos grandes pelotudos temerosos de la verdad, porque esa claridad implica nuestra revolución, nuestra evolución, por la puta madre, nuestra real salvación. Desde este blog celebramos la actitud de estos muchachos (que tienen la edad de mi hijo) y de Juan Jóse Oré (Jota Jota) tremendo goleador crema, extraordinario entrenador, y aunque no lo suele parecer, un pata del joraca, un peruano, aunque se nos haga díficil, que se rebela y que enfrenta sus demonios y que los hace parte del exito. Y que nos sirva de lección a todos. Somos lo que deseamos ser, y en eso nadie nos gana. No hay mejor víctima que la que ama la victimización.
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