¿Líderes o sicópatas? por Jorge Bruce (*)
Una interesante encuesta del Instituto del Perú, de la Universidad de San Martín de Porres, revela que el 63% de escolares de colegios estatales se identifican con animales poderosos, tales como tigres, leones, zorros o potros salvajes. El economista Richard Webb comenta este resultado (El Comercio, 3-9-07), teniendo en cuenta que en 1962, solo el 34% optaba por esa identificación, mientras que la mayoría lo hacía con animales mansos, como perros, ovejas u hormigas. En cambio, entre los estudiantes de clase alta, el resultado fue el mismo en ambas oportunidades: el 64% se identifica con animales poderosos como los citados. Es decir que, 45 años después, mientras la élite permanece igual, los hijos y nietos de migrantes han variado sustancialmente su cultura.
Webb enfatiza el aspecto favorable de este resultado, desde su perspectiva económica. Tal como ocurrió con los llamados tigres asiáticos, señala, quizás nos estemos convirtiendo en una nación de felinos latinoamericanos. La prueba la daría el dinamismo económico peruano. No obstante, para llegar a ser una sociedad de gentes empoderadas, no bastan los índices macroeconómicos.
Los tigres asiáticos invirtieron masivamente en capital humano, como Singapur, que produce esencialmente conocimiento. Nosotros seguimos jalados en educación y enfeudados a las materias primas de la minería y agroexportación.
El peligro no consistiría en que esas identificaciones con depredadores trasluzcan un grado más elevado de confianza en sí mismos -eso sería excelente-, sino en la percepción de que en condiciones anómicas y de desigualdad de derechos, es preferible ser una fiera que una mansa paloma.
Como evidencia de esto último, un estudio del Instituto de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi arroja que el 15% de la población adulta de Lima, especialmente varones, presenta tendencias psicopáticas (Perú 21, 3-9-07). Esta patología se caracteriza por un menosprecio del otro, funcional a comportamientos violentos y utilitarios.
Sería útil determinar cuál de esas variables subyace a esas feroces identificaciones y en qué proporción. Lo valioso del hallazgo de la USMP sería que la sumisión disminuye, mientras aumenta la capacidad de liderazgo, en sectores que antes no se lo permitían.
El costado inquietante sería una noción creciente de la inutilidad del respeto de los derechos ajenos, en una sociedad donde impera la ley del más fuerte. Puede que la verdad resulte de una compleja integración de estos rasgos culturales y de personalidad.
(*) Interesantísimo artículo de su columna del diario Perú21
http://www.peru21.com/comunidad/columnistas/Html/2007-09-05/bruce0780452.html Visita Obligatoria.
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