Prelado suspendido por el Vaticano afirma que solo "simuló" ser homosexual
Monseñor Tommaso Stenico, quien apareció en un programa de TV revelando que era un "homosexual activo" y que "no sentía que estaba pecando", ahora se desdice.
El Vaticano suspendió a un alto prelado que declaró públicamente su homosexualidad en un reciente programa de televisión en Italia, pese a aparecer con el rostro tapado y la voz deformada, indicaron el sábado los medios italianos, pero el interesado desmintió luego ser homosexual.
El sitio internet Petrus, un diario on line sobre el pontificado de Benedicto XVI, reveló el sábado a mediodía el nombre del prelado en cuestión, uno de sus ex colaboradores, pero luego en la tarde publicó una carta donde este último afirma no ser homosexual y haber actuado así para "desenmascarar" a quienes lo son.
"Declaré que era homosexual para desenmascarar a aquellos que lo son realmente", escribió monseñor Tommaso Stenico en una carta de la que Petrus publica apartes.
El prelado se definió como alguien que juega el papel de "un ladrón entre los ladrones" para intentar "redimir a las víctimas" del pecado, y afirma haber simulado su homosexualidad para ayudar a la Iglesia, víctima de una campaña sobre la homosexualidad de los sacerdotes, según la misma fuente.
"Los superiores tratan la situación con la discreción de rigor y con el respeto debido a la persona implicada, incluso si cometió errores", dijo el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, a los medios locales.
Sin embargo, el padre Lombardi recalcó que "las autoridades deben intervenir con la severidad requerida por un comportamiento incompatible con el servicio religioso y la misión de la Santa Sede".
Según el diario La Repubblica, el "monseñor" de la polémica, que no es identificado por su nombre, tiene unos 60 años y es un jefe de la Congregación para el Clero, el importante "ministerio" vaticano responsable de la gestión de los 400.000 sacerdotes católicos en todo el mundo.
Cuatro religiosos declararon su homosexualidad en un programa de televisión transmitido el 1 de octubre por la cadena italiana privada La7.
Las cámaras nunca mostraron sus rostros y sus voces fueron modificadas para hacerles irreconocibles.
Sin embargo, el religioso incriminado cometió el error de recibir al equipo de televisión en su oficina del Vaticano, que fue reconocido por numerosos empleados, según La Repubblica.
En el programa, el prelado explicó "no sentirse como un pecador", si bien afirmó tener que ser discreto para que sus superiores no le llamasen al orden", agregó el diario.
En todo este juego de mascaras y voces falsas se pone de manifiesto cuan homofóbica es la iglesia católica. Es más, las excusas que pretende dar el prelado resultan, por demás, histéricas. La vida sexual del prójimo puede resultar cautivante para quienes gonzan censurando a otros. Lo que no entendemos es la razón que pueda tener un homosexual para elegir ser parte de un gremio -en este caso la iglesia- que no lo quiere en sus filas y que discrimina su conducta. Pero vuelvo a mi idea inicial, el último tramo por conquistar son los derechos civiles individuales o de las -mal llamadas- minorías sexuales (hay tantos escondidos en el clóset que no se podría afirmar que son menos o más) . Entendemos que para quienes han hecho un continuo acto represivo de sus existencias
sea inaceptable la presencia de estas personas en su grey. Claro, eso siempre contradecirá la nociva idea de que todos somos hijos de dios, creados a su imagen y semejanza. ¿Los otros, hijos de quién son? . De nadie.
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