Las armas de la mentira por Cesar Levano (*)
Stephen Johnson, subsecretario adjunto del Departamento de Defensa para América Latina, aseguró ayer que Washington teme que recientes compras militares del gobierno de Venezuela provoquen una carrera armamentista en nuestra región.Si Estados Unidos se preocupara realmente de carrera armamentista debería mirar a Chile, no a Venezuela. Chile, un país de 15 millones de habitantes, encabeza el índice de gastos en armas en América Latina: un promedio de 2,800 millones de dólares anuales. Brasil, que tiene 187 millones de habitantes, sólo gasta anualmente 1,342 millones de dólares.Chile es, de lejos, el país latinoamericano que compra más armas, y que suele adquirir las más modernas y mortíferas. Las fuerzas armadas chilenas tienen una fuente de ingresos cuantiosa y libre de toda fiscalización del Congreso chileno: la Ley Reservada del Cobre, que obliga a la estatal Corporación del Cobre (CODELCO) a entregar el 10% de los ingresos provenientes de las ventas del metal rojo. Este año 2007, esa sola venta dará al Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y la Gendarmería chilenas 1,400 millones de dólares.Chile agrega a eso una cantidad igual proveniente del Presupuesto General del país, lo cual revela la consistente política armamentista del Gobierno chileno.Chile compra armas a diestra y siniestra: Estados Unidos, Alemania, Holanda, España son algunos de sus abastecedores de aviones, submarinos, fragatas, tanques. No es sólo cuestión de cantidad y modernidad, sino también de ubicación de las armas compradas. Por ejemplo, los aviones F-16 CD Block 50 y los 100 tanques pesados Leopard II comprados a Alemania están cerca de la frontera del Perú.Michael Radseck, del Instituto de Estudios Globales y Regionales de Hamburgo, Alemania, explica que la espiral armamentista latinoamericana “se mantendrá dentro de unos límites por el simple hecho de que, salvo Chile y Venezuela, los demás países de la región no tienen dinero para gastar en armas. Pero en Perú se sienten amenazados”.La diferencia entre Chile y Venezuela es que el primero tiene ambiciones territoriales y marítimas no sólo frente al Perú, y que cuenta con el apoyo de Estados Unidos. En cambio, Venezuela, se ve acosada por presiones estadounidenses respecto a sus compras de armas. Washington bloqueó un contrato de Venezuela con Israel por 100 millones de dólares para modernizar los F-16 venezolanos así como la adquisición venezolana en España y Brasil de aviones de transporte y de ataque a tierra. En 2006, Washington declaró un embargo de armas hacia Venezuela.A pesar de eso, Washington dice tener miedo de las compras venezolanas. Las de Chile no le alteran los nervios.
(*) Aparecido el día de hoy en el diario La Primera. Mañana Don Balón gratis con su diario.
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