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Investigan a fiscal por acoso sexual
Según la denuncia, luego de que Giselle Elguera Carbajal obtuviera la plaza de asistente, el funcionario la habría conminado a sostener relaciones sexuales para oficializar su contrato, lo cual fue rechazado por la trabajadora.
Gran revuelo ha causado en esta ciudad la investigación iniciada por la Fiscalía Suprema de Control Interno de Lima contra el fiscal decano de Puno, Manuel Torres Quispe, quien fue denunciado por el presunto delito de acoso sexual contra su ex asistente Giselle Elguera Carbajal.
Según la denuncia, luego de que Elguera Carbajal obtuviera la plaza de asistente, el aludido funcionario la habría conminado a sostener relaciones sexuales para oficializar su contrato. Esto fue rechazado por la trabajadora, quien presentó una queja ante el Ministerio Público.
En respuesta, Torres Quispe dijo que se trataba de una denuncia falsa. "Posiblemente existe la denuncia, pero la está viendo la Fiscalía Suprema de Control Interno de Lima y solo ellos podrían brindar información", anotó.

¿Qué comen nuestros magistrados? Suponemos que el consumo de pescados y mariscos debe ser abundante en el séctor judicial. A cada momento hay denuncias de "acoso sexual" en este importante poder del estado y la poca seriedad -ya manisfestada en su trabajo lento y desordenado, cuando no "coimeado"- es motivo de esta reflexión sobre la poca capacidad de interelacionarse entre personas de distinto sexo. Nos sigue pareciendo canallesco este sistema de extorsión laboral y también nos resulta por demás lamentable y muy triste que la única forma de conseguir el objeto del deseo tenga que ver con el sometimiento de otro ser humano. En todo caso, mas alla de la relación jerárquica existente en todo centro laboral debe primar una justa consideración con los demás. La forma en que actuamos para conseguir aquello que deseamos nos define como personas y habla con claridad de lo que sabemos y mas tememos de nosotros mismos. En esta denuncia, en todos estos casos se puede leer entrelíneas que poco se valorizan como hombres los que apelan al chantaje cobarde y vulgar para satisfacer una pasión que tiene mucho que ver con egos completamente maltratados.