'Hay que ir a triunfar al mundial, venceremos a todo rival', es una de las líneas de la polka que se cantaba a fines de los años sesenta, cuando el Perú logró clasificar al campeonato de México 70, e inició una racha que también nos llevaría a los de Argentina 78 y España 82.
Desde entonces, hace veinticinco años, nos despedimos de los campeonatos mundiales. Y tras la aplastante derrota de ayer en Quito por 5-1, es obvio que, con solo dos puntos en cuatro partidos, la posibilidad de llegar al de Sudáfrica 2010 es muy lejana.
Claro, 'matemáticamente hablando', que es la manera como los peruanos nos hemos acostumbrado a participar en las competencias internacionales, todavía se puede. Pero la experiencia nos enseña que, cuando empezamos seguir los partidos de fútbol con la calculadoras en la mano, la suerte ya está echada.
Este es el momento, entonces, de empezar a trabajar en la renovación total de las estructuras del fútbol peruano pensando en el campeonato mundial del año 2014 que se realizará en Brasil. Es decir, antes que en los partidos restantes de esta clasificación, que se reiniciarán en junio próximo, hay que poner la mira, de una vez, en el mediano plazo.
La chiripa y la inspiración alcanzan en el fútbol para un par de partidos, pero no para el esfuerzo sostenido que demanda la conformación de equipos -de selección y de clubes- que tengan competitividad a nivel internacional, la cual es obvio que carecemos ahora. El 'TLC interno' del que todos hablan también se necesita en el fútbol.
Por ello, carece de sentido echarle la culpa al 'Chemo' del Solar, a los jugadores, o a las chupindangas de Paolo Guerrero por el resultado catastrófico de ayer. Estamos cosechando lo que sembramos.
Es obvio que todavía no estamos preparados para iniciar esa buena siembra que es indispensable. Manuel Burga al frente de la Federación Peruana de Fútbol es un obstáculo para ello pues ha perdido la capacidad de convocatoria que se requiere para trabajar a largo plazo.
Pero tampoco es necesariamente una solución la intervención política que el gobierno pretende. Se necesita capacidad de renuncia y de organización pensando en el futuro. Si ello ocurre, el resultado de ayer sería una buena noticia.
Desde entonces, hace veinticinco años, nos despedimos de los campeonatos mundiales. Y tras la aplastante derrota de ayer en Quito por 5-1, es obvio que, con solo dos puntos en cuatro partidos, la posibilidad de llegar al de Sudáfrica 2010 es muy lejana.
Claro, 'matemáticamente hablando', que es la manera como los peruanos nos hemos acostumbrado a participar en las competencias internacionales, todavía se puede. Pero la experiencia nos enseña que, cuando empezamos seguir los partidos de fútbol con la calculadoras en la mano, la suerte ya está echada.
Este es el momento, entonces, de empezar a trabajar en la renovación total de las estructuras del fútbol peruano pensando en el campeonato mundial del año 2014 que se realizará en Brasil. Es decir, antes que en los partidos restantes de esta clasificación, que se reiniciarán en junio próximo, hay que poner la mira, de una vez, en el mediano plazo.
La chiripa y la inspiración alcanzan en el fútbol para un par de partidos, pero no para el esfuerzo sostenido que demanda la conformación de equipos -de selección y de clubes- que tengan competitividad a nivel internacional, la cual es obvio que carecemos ahora. El 'TLC interno' del que todos hablan también se necesita en el fútbol.
Por ello, carece de sentido echarle la culpa al 'Chemo' del Solar, a los jugadores, o a las chupindangas de Paolo Guerrero por el resultado catastrófico de ayer. Estamos cosechando lo que sembramos.
Es obvio que todavía no estamos preparados para iniciar esa buena siembra que es indispensable. Manuel Burga al frente de la Federación Peruana de Fútbol es un obstáculo para ello pues ha perdido la capacidad de convocatoria que se requiere para trabajar a largo plazo.
Pero tampoco es necesariamente una solución la intervención política que el gobierno pretende. Se necesita capacidad de renuncia y de organización pensando en el futuro. Si ello ocurre, el resultado de ayer sería una buena noticia.
(*) Aparecido en la columna del Director del diario Perú21. Lo sentimos,pero esta vez Augustito derrapó feo. Amén del último parrafo que parece una meada de intereses creados. El "todos", al parecer, no incluye a Manuelito Burga, fan enamorado de los jugadores brasileros y amo y señor de la triquiñuela como dóctrina. El primero en irse -a la buena, a la mala, o whatever- tendría que ser él, y de la mano con el tetudo de Woodman.
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