lunes, 2 de diciembre de 2013

AUTO REGULACIÓN? LAS HUEVAS...


¿Auto regulación? Las huevas!
por Hugo Del Portal 
No solo se trata de las vulgares producciones del canal del ex mandatario, la que nos tiene a un menú de basura que verlo por mas de diez minutos lo expone a una lesión cerebral.
Hoy la vedette Maribel Velarde (otra rica vida de complicaciones con narcos sospechados y demostrados) ha enjuiciado al Canal 4 (tercero responsable) por mostrar la partida del nacimiento de su hijo menor de edad, en el programa de espectáculos de la tarde, en uno de sus informes.
Y es que la decadencia del emporio mediático, (al parecer a punto de crecer vía una extraña intervención de los españoles de El País, en la posible compra de un alto porcentaje de RPP), los lleva a convertirse al nuevo chicherismo, que es, esta forma de hacer noticia de la intonsa vida de algunos que se destacan por su constante presencia en los medios, a través del escándalo y de cosas que solo tienen que ver con la osadía del furor de sus tristes ojetes.
No es que no defendamos la libre expresión (cuando esta por fin exista y todos tengamos el acceso real porque ahora lo que vemos o no vemos, depende de los fenicios intereses de los dueños, de su negocio propio, de su circunstancia)
pero urge una Ley de medios , quizás como la ecuatoriana, para que dejemos de tener autoridades calumniadas, vilipendiadas, estranguladas y
arrinconadas por una murga de medios de diferente color y tamaño pero que muy en el fondo son los mismos cholos con distintos ropajes.
¡¿En qué se diferencia El Trome de El Comercio? En nada.
Es mas, a veces el Trome luce menos nauseabundo que El Decano, (y como para regalar vida, trae un poto en la contraportada que asegura la lectoría del onanismo agremiado) porque todavía no hay ese afán de imponerte las ideas que te llevan a ser una especie de secuaz mental.
Auto regulación?
Eso prometen y prometen y nada, cada día estan peor, es hora de que el estado se levante de su postración catatónica (de tantos miedos) se libere de que lo traten a periodicazos y claquetas de dibujos animados, y que con la ley en sus manos les ponga el sello de normas, de reglas para evitar su diario exceso.
Es lo último que nos queda.
Por su patética latosería.
Su huachafería tan cursi y de tan bajo nivel se le ha ganado.
Desenfados envites de la facecia, diría Borges.
Say no more.