lunes, 15 de octubre de 2018

LA LEY DEL TAPER



¿Quién no tiene un taper en su casa? 
¿quién no ha guardado en el los sobrantes comestibles de alguna comida? 
El Taper se ilumina en diciembre,  con los restos del pavo, y languidece en el año hasta que por ahí los gamberros manipuladores instalan la sinergia maligna y necesaria para que esa sarta de hambreados, cacasenos, analfabetos, (normales y funcionales) llamen por alguna necesidad de agenda y algo caiga para poder subsistir. Y ahi estan con el taper que es la identificación natural del  muerto de hambre, que sueña con el regreso de Alberto Kenya, alias el moribundo. 
Hoy amenazan con salir a  las calles a reclamar por la libertad de "Pedro" Keiko (que negó tres veces a su padre tanto como ha negado la oportunidad en la posibilidad de generar leyes pàra beneficiar a su familia) En su presentación en una universidad norteamericana, en el debate presidencial y en constantes declaraciones para figurar como un Nuevo fujimorismo. ¿Nuevo fujimorismo? Las huevas! la ley del taper demuestra que el fujimorismo cree que todo es comprable, que la gente no tiene moral ni ética, que la forma de ganar es explotar la miseria humana. Un poco como el zambo Ferrando que hizo una empresa de la miseria humana, el fujimorismo le paga al más bruto o al más inmoral -sin excepciones ni exámenes-  para someterlo a niveles de miserable. 
ES que los miserables buscan otros mas miserables para sentirse menos miserables.
Y esto parte de la propia esencia de una gran mayoría de peruanos cuyo común denominador, es ser parte del imbecilato nativo, algunos no tan ignorantes pero con el alma lastrada y quebrada por la ambición propia de quien perdió toda la vergüenza. 
El fujimorismo y su líder, que no es Alberto sino Vladimiro, han generado una forma de hacer política, fijense en la Vilcatoma y compárenla con las cacatúas de antaño, hoy ancianas seniles que parecen hetairas arrepentidas. Hay muchos de las Marthas, en las Aramayos, las Letonas, las Salazar, o las Bartras, como mucho de Siura y Chirinos Poto en los Gallaretas, Becerriles  y Salaverrys. 
El fujimorismo quebró a Pablo Macera quien se sumó como congresista alguna vez y  por una sola vez para tener una pensión de jubilado de diez mil soles (Ley 20530)
Eso es el fujimorismo y el taper es hasta una figura simbólica, de lo que es nuestro precio. 
Porque Montesinos descubrió que esos japoneses,  a los cuales empodero,  son seres rastreros que se arrastran con desesperación por el metal y que desde un análisis propio, el peruano es un tipo poco digno, fácil de comprar y manipular, así como lo son, los cuatro pelotudos que hoy saldrán a las calles, porque saben que hay algo de menestra, tanto en la publicista mafiosa que trollea en las redes por un cheque que sale de las arcas del congreso, o en la gente del asentamiento humano con nombre japonés, por unos kilos de abarrotes y un billete de cincuenta mangos dentro de una caja de fósforos, porque el fujimorismo es y será la ley del taper, o la ley de Alberto, "te necesito así,  sin esperanzas, medio muerto" 
Al final la CIDH volverá a sancionar un dispositivo contra esa ley tramposa y el anciano patético y mentiroso, tendrá que volver a la celda VIP en donde por fin entregará el alma al diablo.  
Y la porcina, niña de sus ojos, pagará en prisión haber usado dinero sucio en la campaña del 2011, cuando se llamaba Fuerza 2011. 
Y es que el taper no puede ni podrá vencer a la realidad. 
La infección que inoculó,  el Doctor,  cede. Los resultados electorales lo demuestran.