miércoles, 17 de diciembre de 2008

ESQUELETOS EN EL ARMARIO






IMPRONTA DE CRISIS
por Hugh Player
Hay una frase que es cara, pero común a todos los peruanos: “Desde que tengo uso de razón, recuerdo a este país en crisis”. Quizás por esto, ésta terrible hecatombe de las finanzas mundiales en manos de la mafia sionista de Wall Street –especie de legión de Carlos Manríques pero con rasgos semitas- y el robo espectacular del gobierno americano en manos del dipsómano de Bush y sus patrones, no nos alcanza completamente para ciertos niveles de comprensión en los que aceptemos que las cosas podrían ponerse todavía peor.
Peor. Peor como el primer gobierno del gordo Catrasca, el fujishock, o el esmerado remate de los bienes del Perú en la década del noventa. Peor que el servilismo del cholo Toledo. O el gordo Tobi convertido en graciosa mascota de los grupos de poder y en eterno prisionero de su ambición.
En esta comarca hay despidos masivos a cada rato, siempre los ha habido. No es nuevo el manejo de Camposol o Topytop con el agravante terrible de la estafa a los trabajadores con sus compensaciones por tiempo de servicios. Si van a haber mas parados por la circunstancia mundial, no deberíamos asombrarnos porque el abuso en el Perú es pan de cada día, ya sea con remuneraciones miserables o con la confiscación de los derechos laborales que la ley señala.
Van a bajar las exportaciones de empresas que son privadas y que siempre harán lo posible por no cumplir debidamente con los pagos de impuestos correspondientes. La evasión es una práctica extendida y al parecer inevitable. Son las mismas mineras que no quisieron pagar impuestos a sus sobreganancias y dieron una cantidad de dinero como óbolo, las que ahora ya no quieren dar ni esa mísera limosna que entregaron a regañadientes. Porque cuando ganan el plus es sólo para ellos y cuando pierden –que no es perder en si, es no recibir igual cantidad de utilidades- salen como verdaderas locas a pedir que el estado socialice su déficit.
Y como ellos son los que en verdad mandan porque en este país los gobiernos de turno sólo pueden actuar para monitorear la permanente estabilidad del status quo de los poderosos, tendremos que aceptar que el primer ciudadano del país salga a regalar el dinero que nos exprimen a todos los pobres laburantes -de una u otra manera- para que el pobrecito rico siga siendo rico, aunque la protesta social levante en peso los cimientos del estado. Porque si el cholo se pone más bruto de lo que normalmente es, es porque la sinvergüencería está boba y la rabia crece con ese abono de LOS PERMANENTES POSTERGADOS Y LOS PERENNES BENEFICIADOS.
Cuando el presidente sale con esos tirantes extraños a hablar como representante de ventas de la empresa de su amigo y socio, Joselín el constructor, pirrándose en los fueros ajenos,-los municipales- vaticinan que le van a tirar con todo al Alcalde de Lima, por chocar con los intereses de la argolla que se reparte carreteras, terrenos, aeropuertos, pentagonitos, dólar por dólar, a medias, o a porcentajes.
Ya sabíamos que no se iba a vender el Pentagonito. Pero con la distracción prácticamente se han logrado levantar el aeródromo de Collique. Son buenos en jugar pichangas para distraernos del partido principal. Atentos con esa faena porque ese gol ya esta en la cartera de los negociados. Collique ya fue.
Bajo este simple juego, la crisis puede servir de excusa para terminar de rematar lo que nos queda como nación. Anoten que la misma lleva casi un año en el candelero mundial y con la complicidad de los medios de comunicación que la taparon bien para que sus clientes pongan el circulante personal a buen recaudo y para que cuando el pueblo –ocupado en Magali, o Rómulo (tema ya silenciado) o en la perdida de categoría del Alianza Lima- se diera cuenta del asunto, la yuca estuviera bien asegurada y sin posibilidad de pataletas. Muevete nomás.
Un peruano común y silvestre, improntado a la crisis, tanto que se ha acostumbrado a esta fauna política, o a ser de los servidores forzados del ergástulo de los tagarotes, a ver pasar el tren de la historia, sobreviviente de García, Fujimori, Toledo y otra vez García, viviendo en la inestabilidad que tienen las leyes de gelatina que nos rigen, no entiende los estragos de la crisis porque tiene aún que descubrir que esa facturita la va a tener que pagar alguien (digamos que la lorna que siempre ven en el espejo todas las mañanas) lo que no nos va a hacer mas pobres pero que nos mantendrá ocupados empujando el bienestar de los otros: los terceros de siempre, los dueños de la pelota, la gentita de la caverna.
No nos quejemos, porque la función recién ha empezado. Be cool.
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