lunes, 1 de noviembre de 2010

ABOGADO DEL DIABLO



¡A LA REJA!
por Hugh Player

Normalmente no leo los blogs políticos. Tampoco los de investigación periodística que me parecen un placer de onanistas. Me gustan los personales, los de literatura, los de cultura general, los difamadores y los de calatas (porque tambien hay que darle gusto al animalito interior) que en verdad son los más visitados.
Me excita el ambiente de anarquía y libertinaje que se disfruta en estos espacios (hechos casi como explosivamente) y me da gusto (no siempre, pero pasa) encontar inteligencias estimulantes en la red. Sueltos en plaza, medio anónimos, de puro jodedores van quemándole la película a los poderosillos de siempre.
Por eso que la sentencia extraña perpetrada contra un conocido bloguero (*) del ambiente nacional huele rarísimo, más aún estando las cosas como están y con una necesidad de controlar información que se les desborda de las culpas.
Y peor cuando la Sra Susana Villarán (por piedad, pido que no le digan la tía regia que suena recontra marica) está siendo procesada por el mismo honorable caballero, casi por el mismo problema, casi con los mismos derroteros, a espera de una sentencia de la Suprema que podría vacarla del cargo que acaba de conseguir con muchísimo esfuerzo y talento y en una campaña austera pero legalita.
Este sería el último naipe a jugar en la baraja del poker mafioso de los tagarotes de la siempre acemilada -y mal llamada- derecha peruana y que se monta precisamente en una escalada contra la libertad de expresión (limitadaza porque nos intervienen y hackean los blogs todos los días con una sotisficación casi israelí) que vivimos quienes hacemos uso y abuso de la web.
Un fallo en contra eructado desde ésta Tremenda Corte y nos van a ganar el partido, ya no en mesa, sino en los baños de la federación (que es donde me cuentan se terminan de redactar esos chistosos fallos del peloteo nativo)
Mucho feriado largo, mucho y se llama Perú, mucho disfraz pelotudo y mucha seria la ostra de empujarnos semejante yucaza.
Aunque rara vez nos equivocamos cuando se trata de interpretar el alma de quienes nos gobiernan esperamos que esta telenovela de sucesivas confusiones sea una mera casualidad y no el inicio de una hoztilidad de piconazo cavernario que identifica la historia en los tratos tangenciales entre la libertad y el poder.
Estamos en otros tiempos y no hay nobel, campaña millonaria, gordo desafinado, o políticos prehistoricos que nos convenzan a ceder en nuestros justos derechos para que ellos prosigan con su diario y intragable saqueo.
Pataletas afuera. A llorar a la playa. No les tenemos miedo.

(*) Alejandro Godoy. Blog Desde el tercer piso
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