martes, 28 de junio de 2011

PALABRAS PARA UN DÍA DE SIETE COLORES

Hoy es el día del orgullo gay. No tengo muchos amigos con este estilo de vida. 
En verdad, en nada tengo tantos hermanos como contaba Atahualpa Yupanqui. 
Y si algunos de los contados miembros de mi banda amical tiene esta forma de vivir, tampoco me interesa ni voy a opinar sobre como remueve el café.
Me parece -y lo digo con el espíritu
 de quien no se asombra por el acto humano y al que no le llama la atención casi nada- que la conquista de los derechos civiles de esta comunidad merece más que esos pálidos desfiles de disfrazados o la manifestación pública de sus calentonas muestras de amor.
Todo eso sólo sirve para generar ese extrañó etnocentrismo que provoca la separatividad entre los hombres y mujeres del mundo, por el que terminan, inexorablemente, agrupándose en modernos ghetos de individualistas a los que no les queda mas que ser gregarios por miedo y temor.
La conquista de la justicia social es quizás la última frontera que le queda por alcanzar a la humanidad. Es una tarea de todos. Y para todos.
En esa pelea estaré siempre en primera fila. Sin necesidad de convocatoria.
Los gestos de exhibicionismo son para las cámaras de televisión y las portadas de los diarios mas chabacanos. No dejen que el amarillismo miserable se aproveche de su causa, los use en el escandalete y los engañe.
El camino es largo, difícil y no admite errores de interpretación.
El mundo es para todos.



Hugo Del Portal