martes, 25 de octubre de 2011

PETROLEO SANGRIENTO por Hugo Del Portal

Entender el mundo islámico es una tarea difícil y muy complicada para analizar. No son los mismos patrones con los que nos educan a nosotros (que somos envenenados por las creencias y doctrinas occidentales) sino otras idiosincrasias que mezclan los tanáticos fanatismos religiosos, el nacionalismo y el fuego.
Hoy ha muerto Kadafi. Ajusticiado sin piedad ni compasión por los mercenarios caza recompensas del Imperio (que cada día se parece más a Jabba el Hutt) y sus cobardes y homicidas socios de la OTAN (bombardeando por meses poblaciones civiles indefensas en su afán de robar el ansiado petróleo de Libia)
Que no me canten la milonga tanguera de la democracia en un país en donde -por costumbre ancestral- las mujeres no pueden ni siquiera mostrar el rostro, el que deben -obligadas por su religión- cubrir con un velo.
¿De qué puta democracia me hablan entonces?
¿La de las mafias financieras que quiebran Europa a pedazos?
¿O de la que invierte en muertes para tener energía barata para el negocio?
El mismo Litam que le sigue a toda esta barbarie es la "elección" de un gobierno títere que facilite rápidamente una nueva Constitución ad hoc de corte entreguista y muchas privatizaciones que permitirán que la crisis terminal del sistema aguante un poquito más mientras los piratas y corsarios disfrazados de halcones roben las riquezas naturales del pueblo libio ante nuestros indignados ojos.
Desde aquí mi homenaje a Kadafi, hombre del pueblo que supo cambiar el mundo en que vivía, que nunca fue una perra echada a Occidente, que recibió ataques y calumnias inverosímiles desde la época de Reagan y que ha muerto en manos de unos felones dirigidos por los yanquis corruptos en uno de los últimos coletazos del caimán herido, de muerte ya, pateando entre estertores de agonía.
Porque este sistema esta por caer. La burbuja será dolorosa pero evolutiva y no habrá mil invasiones y asesinatos que detengan su inexorable destino.