sábado, 9 de marzo de 2013

VOTANDO POR EL FUTURO

Mañana se darán a conocer las últimas encuestas. Fotos del momento que según quienes la realizan y analizan (caso único en el mundo, que los encuestadores se expliquen casi culposamente) porque al final nunca aciertan, desde hace varios años.
Muy explicable en un país de emotividades tumultuosas y de fáciles arreglos. Aunque los analistas no saben como definir lo que ellos ven y conciben como empate técnico, lo cierto es que yo -como los argentinos me tomo una agaromba- porque no les presto interés, ni así favorezcan mis simpatías. Mientras cocino, mi almuerzo de hoy, nada especial, y escuchó a Chavela Vargas cantar con tanto sentimiento, puedo descubrir en la delgadez del Bonarda Malbec que mi intuición presiente un indiscutible triunfo del NO.
Porque mas allá de los aciertos de campaña, no me imagino a alguien animándose a votar bajo la tutela atorrante de Marco Tulio o de esa manga de crotos malcriados que han salido a decir cuanta imbecilidad les paso por la cabeza. El irrespeto gratuito ha marcado su voz, decirle marihuanero a un concejal, hablar del no de las mujeres y del si de las niñas en el día internacional de la mujer, que su símbolo sea una muestra de su cultura como una combi, atreverse a intentar bajonear al Sr Perez de Cuellar, maltratando gratuitamente y proviniendo de la cueva de ladrones mas zafia de nuestra historia y todo bajo la dirección de las ganas angurrientas, maniqueas, tramposas de una re-relección (que lo catapultaría al hombre mas rico del mundo) es como aceptar que estamos en un mundo de zombies sin sentido o de Hilarios Supos pagados por los centavos de la coima usando a gente muy pobre.
No quiero un país así, ni lo deseo para mi hijo. Ni hablar.
No podemos pensar en alto, mientras nos compren la firma con packs de abarrotes, no podemos evolucionar mientras rindamos culto al materialismo vulgar e ignoremos que la armonía es real si conviene a la mayoría y sus flores siempre nacen en lo mas simple.
La gestión actual en la Alcaldía no es sobresaliente para quienes creen que hacer obra (no importa que roben mientras rompan pistas) es cemento (sobre valorado por cierto) y lo que se pretende en verdad es recobrar la dignidad, adecentar el manejo público.
Fernando Belaunde paso a la historia. Tuvo aciertos y errores, pero su honradez fue intachable. Decir lo mismo de Susana Villarán no es ninguna exageración.
Formados en la fe verdadera y vasta, no necesitamos poder, ni dinero, a la conciencia no se le compra. Se evoluciona en el servicio. Esta ciudad esta llena de gente buenísima que hace mucho por la sociedad, sin esperar nada a cambio porque dar es dar, no se cuenta el vuelto siempre es demás..
Este 17 dependerá de la mayoría que ciudad quieren, la de los valores o la de los goodfellas, que quieren regresar a sus manejos, ese será el futuro que dejen a sus hijos., a sus nietos.