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| POR HUGO DEL PORTAL |
Paquito pateaba latas con efecto, las dominaba, hacia piruetas, como Maradona con la pelotitas de ping pong. Tenía un calzoncillo Boston y en los tamancos unos huecos por donde entraba la neblina limeña.
Mas pobre que una rata pobre, sin chamba, ni curriculum, porque en esta familia tan reputada, (de reputación reputa), hay muchos que no pasaron el jardín por desaprovechar los recreos con intrigas y que para que pasen de transición a primero tuvieron que romper la pared a golpe de comba. .
Entonces el cholo llego al poder. Con sus vinchas, su portatil , su gringa sin erres y sus techitos rosquetones, osea lleno de malagradecidos.
Y decidió-en ejercicio del puto poder- favorecer, darle una mano a Paco, con una chambita como para que su apellido de abolengo de acequia, tuviera una vida de tres comidas calientes y camisa limpia diaria.
Lo hizo embajador y en Francia, sin saber francés y entendiendo por diplomacia el arte del saber ser un buen lambiscón en territorio ajeno.
Por ahí estuvo un tiempo, sin pena ni gloria, sentado en los cafés del Barrio Latino, mirando a las francesitas y perdonándoles el olor exarcebado. de la calentura, porque como en la cana, carne blanca aunque sea de hombre.
Pasó como llego, nada que no fuera ir a poner flores en la tumba de Vallejo, un par de cocktalitos, sexo con alguna zamba inmigrante media pelandusca y por ahí un par de tiros de la que mató a Torrijos.
Sin pena ni gloria regreso a Lima, en donde vegeto un rato hasta que al gordo Alejo se le paso la mano con alguna re-estructuración y la familia decidió sacar al togordi y hacerlo Director del medio (que se jactaba de poner y sacar presidentes como antes hacían con los desechos de los desagues, según me contaron quienes bien lo conocen).
Desde el envoltorio de pescado mas grande del mercado diarero, ahora ataca sin piedad al cholo, el cholo es culpable de urbanizar Lima, de que Sabina no componga mas seguido, y del intercambio de microbios cuando se dan la mano los de la Confiep y se cuentan los dedos para verificar si en el apretón algún colega les birlo el indice, el dedo del medio que tanto usan o el consabido pulgar que rompen los que cobran para la mafia
Pulgar que Paquito baja (cual marica emperador romano) contra quien lo ayudo cuando era como todo buen limeño en Lima, un misio más.
¿Muerden los perros la mano del que les de comer? Nunca.
Por eso no verán nunca un perro, en este país, que acepte dirigir esos inmensos ventiladores lanza heces que son los medios.
Los animales han evolucionado porque comprenden la solidaridad y saben hacer uso de su naturaleza para ser leales y agradecidos.
La involución le llega al mas vil de los oficios.
Pero de Pacos esta lleno este país de esquinas de pastrulos
