CANAL CINCO Y CANAL CUATRO HERMANOS EN LA QUIEBRA
por Obiwan Kenobi
Ayer tuve ocasión de ver la entrevista entre Genaro Delgado Parker y Rosa María Palacios en el programa Prensa Libre.
Debo, sin embargo, confesar que siento cierta simpatía extraña por ambos personajes. No entiendo exactamente porque me produce ciertos estremecimientos de ternura esta Sra. cuyo pasado de cercanías Hurtadomilleristas y vocación derechistona me suenan a desfase en el tiempo.
Entiendo que hace lo suyo regularmente y por eso le pagan. Se que le encanta la polémica epistolar y mas allá de nuestras obvias diferencias a veces percibo cosas en la que parecemos coincidir en esconder los mismos defectos en el muestrario de nuestras vidas. Como a mí, se que le gusta la fiaca (*) aunque las damas jamás confiesen lo contrario.
Genaro Delgado es un viejo zorro de la televisión peruana. Siempre sabe mucho más de lo que dice y tiene un cuajo que le envidió sanamente porque este país fue armado y fundado en honor de semejantes virtudes y es innegable que sabe manejar los tiempos y las circunstancias coyunturales de acuerdo a una sincronía de interés que maneja con perfección.
Sentarlo en una mesa con un periodista a recibir interrogantes sobre sus manejos es bastante complicado. Creo que si lo ponen con los más pintados del medio a polemizar no tendrá dificultad en hacerlos una papilla para bebes -como hizo con facilidad de equipo visitante superior- ayer.
No hay crítica oculta a la Sra. Palacios por esto. Creo que hizo un buen intento de pelear con el Dath Vader de la televisión peruana luego de que al primer intento le volarán las manos con el sable láser de la experiencia pero creo que hizo muy mal, quedando pésimo cuando al final de la emisión del espacio, ya retirado el broadcaster, realizó apuntes innecesarios con el entrevistado ya ausente. Sonó a mala perdedora. A piconería de tía recargada.
Delgado Parker es un cuco que sabe llevar escondidos bajo la manga una corrida de argumentos para silenciar a cualquiera. Primero, porque siendo América Televisión parte del gremio en donde todos se conocen sus secretos era obvio que iba a desnudar que esa empresa anda tan mal económicamente como la suya. En el fondo hasta peor.
Además dejo en claro que las pataletas de la gente de El Comercio no lo asustan porque el ha diseñado un puente de escape de pagos en base a bonos de la reforma agraria (que debe haberle sugerido uno de esos brillantes asesores financieros como el padre de una de sus bellas conductoras) con lo que el ya había ganado terreno silenciosamente en este espinoso tema. Además a este hombre no le entran balas y tiene un pasmo, una calma, un control que puede desesperar a cualquier interlocutor.
Sin embargo, a mi me queda en claro que los medios actuales (de toda índole) no tienen tanto poder como ellos quieren hacerles creer a los gobernantes de turno y que lo que representan en publicidad, financiamientos, deuda de impuestos y derechos, amén del problema social de trabajadores impagos no justifica tanto gasto de un estado que bien podría ser más austero con ellos. Tampoco son tan de temer, ya hemos visto como el único programa político meridianamente independiente que se estreno la semana pasada hizo una serie de denuncias que ya parecían refritos de ciertos blogs siendo desconocidos en la caja boba.
A esto hay que sumarle desgraciadamente que el periodismo suele ser poco profesional (entendiendo que la vida se ha hecho para vivirla y no para sufrirla) y que no se puede ser siempre un apóstol redentor acusador eternamente pateando latas como recompensa a su ejemplar labor.
Los medios están en manos de hombres de negocios sumamente mercantilistas, que disponen a conveniencia de sus intereses, qué se dice, cuándo, cómo y dónde. Aquí y en el mundo entero. Por eso este negocio de las comunicaciones es una tapadera impresionante en donde resulta más importante el calzón expuesto de la aspirante a vedette que el negociado de las armas de la guerra en Irak.
Lo que vemos suelto por ahí en canales de antena, más que fría, helada, son minúsculas individualidades que no llegar a hacerle mella al poder real.
Tenemos lo que merecemos. Genaro Delgado Parker es el mejor de todos nuestros manejadores de televisión. Rosa María es quizás una de las más habilidosas conductoras. El resultado de este death match lo vimos ayer.
Bueno, tampoco me esperaba una clase magistral de este encuentro.
(*) Fiaca: descanso, vagancia, poco trabajo.
Ayer tuve ocasión de ver la entrevista entre Genaro Delgado Parker y Rosa María Palacios en el programa Prensa Libre.
Debo, sin embargo, confesar que siento cierta simpatía extraña por ambos personajes. No entiendo exactamente porque me produce ciertos estremecimientos de ternura esta Sra. cuyo pasado de cercanías Hurtadomilleristas y vocación derechistona me suenan a desfase en el tiempo.
Entiendo que hace lo suyo regularmente y por eso le pagan. Se que le encanta la polémica epistolar y mas allá de nuestras obvias diferencias a veces percibo cosas en la que parecemos coincidir en esconder los mismos defectos en el muestrario de nuestras vidas. Como a mí, se que le gusta la fiaca (*) aunque las damas jamás confiesen lo contrario.
Genaro Delgado es un viejo zorro de la televisión peruana. Siempre sabe mucho más de lo que dice y tiene un cuajo que le envidió sanamente porque este país fue armado y fundado en honor de semejantes virtudes y es innegable que sabe manejar los tiempos y las circunstancias coyunturales de acuerdo a una sincronía de interés que maneja con perfección.
Sentarlo en una mesa con un periodista a recibir interrogantes sobre sus manejos es bastante complicado. Creo que si lo ponen con los más pintados del medio a polemizar no tendrá dificultad en hacerlos una papilla para bebes -como hizo con facilidad de equipo visitante superior- ayer.
No hay crítica oculta a la Sra. Palacios por esto. Creo que hizo un buen intento de pelear con el Dath Vader de la televisión peruana luego de que al primer intento le volarán las manos con el sable láser de la experiencia pero creo que hizo muy mal, quedando pésimo cuando al final de la emisión del espacio, ya retirado el broadcaster, realizó apuntes innecesarios con el entrevistado ya ausente. Sonó a mala perdedora. A piconería de tía recargada.
Delgado Parker es un cuco que sabe llevar escondidos bajo la manga una corrida de argumentos para silenciar a cualquiera. Primero, porque siendo América Televisión parte del gremio en donde todos se conocen sus secretos era obvio que iba a desnudar que esa empresa anda tan mal económicamente como la suya. En el fondo hasta peor.
Además dejo en claro que las pataletas de la gente de El Comercio no lo asustan porque el ha diseñado un puente de escape de pagos en base a bonos de la reforma agraria (que debe haberle sugerido uno de esos brillantes asesores financieros como el padre de una de sus bellas conductoras) con lo que el ya había ganado terreno silenciosamente en este espinoso tema. Además a este hombre no le entran balas y tiene un pasmo, una calma, un control que puede desesperar a cualquier interlocutor.
Sin embargo, a mi me queda en claro que los medios actuales (de toda índole) no tienen tanto poder como ellos quieren hacerles creer a los gobernantes de turno y que lo que representan en publicidad, financiamientos, deuda de impuestos y derechos, amén del problema social de trabajadores impagos no justifica tanto gasto de un estado que bien podría ser más austero con ellos. Tampoco son tan de temer, ya hemos visto como el único programa político meridianamente independiente que se estreno la semana pasada hizo una serie de denuncias que ya parecían refritos de ciertos blogs siendo desconocidos en la caja boba.
A esto hay que sumarle desgraciadamente que el periodismo suele ser poco profesional (entendiendo que la vida se ha hecho para vivirla y no para sufrirla) y que no se puede ser siempre un apóstol redentor acusador eternamente pateando latas como recompensa a su ejemplar labor.
Los medios están en manos de hombres de negocios sumamente mercantilistas, que disponen a conveniencia de sus intereses, qué se dice, cuándo, cómo y dónde. Aquí y en el mundo entero. Por eso este negocio de las comunicaciones es una tapadera impresionante en donde resulta más importante el calzón expuesto de la aspirante a vedette que el negociado de las armas de la guerra en Irak.
Lo que vemos suelto por ahí en canales de antena, más que fría, helada, son minúsculas individualidades que no llegar a hacerle mella al poder real.
Tenemos lo que merecemos. Genaro Delgado Parker es el mejor de todos nuestros manejadores de televisión. Rosa María es quizás una de las más habilidosas conductoras. El resultado de este death match lo vimos ayer.
Bueno, tampoco me esperaba una clase magistral de este encuentro.
(*) Fiaca: descanso, vagancia, poco trabajo.
(*) Las ilustraciones pertenecen a los blogs tvbruto y okiperu
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