Fue precisamente Telefónica quien creyó descubrir la polvora. Para un pueblo de cholos lo aspiracional debe estar intimamente ligado con la inevitable choledad. Fue entonces que decidieron incluir en su publicidad de celulares un poco de sabor serrano, metiendo folcloristas -aparentemente exitosas en esa extraña masificación limeña de estos ritmos- junto a otro tipo de interpretes que normalmente participaban en estos avisos.
Al parecer la gran demanda de los aparatejos confundió a los chapetones que decidieron ponerse mas audaces en la campaña de los telefonos públicos. Esta vez el elegido fue Tongo que representa no solo al cholo medio winner sino también al avivado provinciano que se impone en un medio bastante hoztil. De ahí a decir que este señor canta bien (o que esas majaderías que canta son aceptables) hay una distancia estética que no estamos dispuestos a transitar. Tampoco que se le elogie por conceptos absurdos como el de ser un buen padre (que es su focking obligación y que no es ningún merito en cualquier ser humano) y que se disimule la astucia vivaracha y pendejereta con la que siempre se manifiesta.
Recuerden la grabación en la que le pide plata a la producción de un programa de espectáculos diciendo que el dinero es para su mamita o aquella ocasión en la que se unió a un grupo político para postularse al congreso (el lider de esa agrupación era recordado por una borrachera de polendas con disparos al aire) o por agenciársela astutamente para ganar prensa fácil.
Pero instalados ya en la locura de las ventas y las promociones los ibéricos decidieron lanzarlo como imagen para los socorridos telefonos públicos.
Lo travistieron de Tongonieves (horroroso, por cierto) y luego lo convirtieron en Tongo Baywatch y aunque mucha gente posiblemente lo encuentre divertido, yo hace tiempo que busco una cabina de Telmex antes de usar alguna de Telefónica con la fotografía de semejante bicho.
Ahora, inspirados en esta situación, los terribles asesores de nuestro Señor Presidente, el Dr Tobi Catrasca, habrían recomendado una figura choleada para enfrentar la mar y marea de paros y huelgas en las que mal navega este gobierno. Nadie pues tan nacional con esa pinta de cabeza clava con terno, de huaco sibilino, que se gasta el nuevo Premier, fiel y conspicuo operador del régimen y de sus patrones, célebre por su guasca paulista, su secreataria con contactos en logística, su copamiento partidario y su manejo mafioso y desacertado del congreso al que termino por desacreditar con sus jugadas de político de mucha hilacha.
Al hombre no lo conoce nadie y si con Picapiedra Del Castillo la cosa estaba media budín, peor todavía con Cristo Pobre Simon, imaginense lo que nos queda con este marketeo baratieri que busca vanamente darle gusto a una indiada cada día mas achorada y descontenta y a la que le ponen para apaciguarla a un petiso cazurro que les diga con su notoria discapacidad para expresarse: muchachos yo también soy del barrio, teníanos que hablar unas cositas. El tenianos no es error tipográfico.
No nos sorprenda que cuando caiga (porque estos norteños se queman rápido) pongan de Premier al mismísimo Tongo porque estamos MANEJANDO el país en la plena confusión de creer que los problemas reales se solucionan con marketing.
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