miércoles, 29 de septiembre de 2010

SABLE LASER





GRINGO VIEJO
por Obiwan Kenobi
Francamente, ignoro si es peruano. Aunque por el modo de arrastrar las sílabas y ese dejo extraño al hablar,algo tonto para expresarse, podría afirmar que es uno de esos tantos intragables gringos que andan jodiendo el planeta.
Porque tanta pedantería inútil, tanto gusto por el abuso del poder, tanto mundo hecho desastre -ecológico, bélico, financiero- me hacen insoportable a esta raza de tipos de arribismos extremos y perémnes ambiciones.
No tiene nada que ver con que expuestos al sol se despellejen, siendo, como son, seres de profundas oscuridades. O que en su rostro ande dibujado el revelador rictus de la codicia. Es una cuestión de inconciente colectivo.
Quizás la forma en que se ha gestado su poderío dejó impreso en la memoria de la civilización que a ellos se les debe la ominosa perpetración incansable de todos los crimenes a los que te lleva el desmesurado deseo por el dinero.
El Sr PPK es un sujeto que tiene cuentas pendientes frescas con este país. En sus miles de máscaras ha brillado la opacidad del juego del peculado.
Ha concesionado -como director de acciones- en el gobierno del cholo sano y sagrado (pero dipsómano incurable) bastante de nuestros recursos naturales con la obvia gran tajada para su inagotable delirio.
El gas, por ejemplo, que gracias al lobismo en el que nos clavó sus promocionados contratos, nos cuesta por lo menos siete veces su precio de venta.
O los bonos del gobierno toledista entregados al JP Morgan con una excelente comisión para sus bolsillos.
Aquella vez la celebraste con la De La Puente, la del verdadero efecto Susana, con champagne Don Perignon. ¿Recuerdas? . En un conocido bar de San Isidro.
Y aunque las encuestas demuestran que los peruanos no quieren a un gringo viejo con pretensiones de virrey y alma de mercenario tienes la tremenda ostra de mostrar impudicamente tus babosas pretensiones presidenciales que ni tu mismo te puedes creer.
A veces sueltas por ahí un par de nimiedades tontas sin mayor incidencia o tocas la flauta y eres cómico hasta lo patético porque las viejas pitucas de la playa se rien a tus espaldas por mas amable que te vendas, por simpático que te pretendas.
Y si te digo estas cosas es porque para mi no hay diferencias entre tu labor de pitoniso de hecatombes económicas y los bombazos homícidas del miserable de Abimael Guzmán.
Porque así como hay un terrorismo delincuencial para los resentidos cholos casi traumados por un sistema al que consideran su enemigo, también hay uno muchísimo peor que hacen los gringos viejos como tú, los albinos caucásicos y que se ejecuta desde el estado cuando uno solo de los ciudadanos de esta nación muere de hambre o de frío mientras tus cuentas corrientes engordan hasta generarnos repugnancia.
Que ahora -trepado a los intereses del evangelismo mercantilista- termines de enterrar las mínimas posibilidades electorales de ese chinito tonto útil que te ha asumido con tus pocos activos y muchos pasivos, es algo que realmente no te interesa porque todos sabemos que lo único que quieres es manipular el escenario generando temores y desconfianza para sacar alguna metálica ventaja, de esas que tanto te gustan y que en el fondo ya no te sirven de nada.
Gringo viejo, morador de Coconut Grove, no se si cuentas siquiera con el pasaporte que te identifique como peruano. O con el documento nacional de identidad.
Si los tuvieses, habría que investigar (para que no se repita la telenovela del convicto japonés que decía que era peruano) si los papeles son válidos o son como tu preocupación por la salud de las finanzas del Perú: mas falsa que billetes de tres dólares.
Lo que tengo que decirte es que en cualquier caso -peruano o estadounidense- la justicia te va a alcanzar muy pronto como ya lo hizo la historia universal colocándote en lo que llamamos malandrín, felón e infame.
Ya basta de tratar de meternos miedos o ¿No te acuerdas que tu y el coquero del Melody nos han curado contra posibles traumas? ¿No sabes que todavía están en nuestro registros?
Terrorista financiero, delincuente de saco y corbata, lobista de trasnacionales, intermediario de manos negras, mafioso amanerado de gestos trasnochados, barato músico de cámara, simple escoria, caduco gringo viejo.
Entiende de una vez por todas que el tiempo se te acaba con una rapidez inusitada y que mientras para algunos el reloj se echa andar hacia adelante el tuyo tiene sólo cuenta regresiva.
El Perú te promete no volver a ser el paraíso de los canallas impunes.
Ahí tienes al caco oriental en prisión (VIP pero cárcel al fin y al cabo) y a los muchos de su gobierno que lo antecedieron o que lo sucedieron en la vida tras los barrotes.
Aún no estas en salmuera pero tu sabes bien que no estas exento de culpa y que tu deuda sigue impaga. Y acumulando moras.
Pero se, que caerás víctima de tus propias debilidades, saldarás el pendiente vistiéndote con un traje a rayas.
Todo el dinero del universo no podrá librarte de la condena de los pueblos que siempre, siempre gringo viejo, terminan por redactar las últimas palabras de estos cuentos de buenas revanchas.
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