jueves, 14 de julio de 2011

CINE PARA PIRATAS COJOS por Hugo Del Portal


CARTAS A DIOS


Yo soy de aquellas personas que cuando una película le mueve el mar de la emoción suele expresarlo con exagerado júbilo. Antes -como el loquísimo personaje de Ribeyro en el cuento "Conversación en el parque"- era capaz de levantarme a media pela en el cine y aplaudir como un desaforado. 
No faltaba algún infeliz aguafiestas que me pedía que me sentara, con palabras agresivas, al cual yo mandaba al carajo con un gesto justo y acertado.
Debo contarles que este gran filme francés lo he aplaudido parado en mi cama (una de las ventajas de la separación matrimonial) porque es un ejercicio brillante y talentoso de la magia del cine. Una joyita de colección.
La historia es simple y algo dolorosa. Un niño va a morirse en doce días en un hospital infantil que dirige ese gran y viejo actor que es Max Von Sidow.
El infante no quiere hablar con nadie, sólo con una señora que conoce por accidente. Ella vende unas pizzas horrorosas y le ha dicho que es luchadora profesional. Esto provocará una entrañable relación entre ambos llena de fantasía en donde cada día valdrá diez años y en la que se nos muestra el paso del tiempo y su efecto sobre el ser humano y las relaciones con el mundo que lo rodea, dotando las escenas de una sensibilidad inteligente y singular.
No les cuento más, es tan buena que posiblemente no la exhiban nunca en los cines. Copia pirata de primera, bien subtitulada. Imperdible.