domingo, 22 de mayo de 2011

I LOVE TO MY DADDY


MATAR AL PADRE

por Jorge Bruce
Tan importante como saber si Keiko Fujimori liberaría a su padre, es saber si ella está libre de su padre. Todo indica que no. La frase desafortunada de Jorge Trelles –la palabra “desafortunada” es un eufemismo para un lapsus linguae, donde la verdad emerge a expensas de la voluntad– es muy peligrosa para el fujimorismo, porque evidencia el lado oscuro de la Fuerza… 2011. Le costó la vocería.
Por esas cosas de la vida (y de la muerte), en la misma semana en que el inconsciente fujimorista hablaba a través de Trelles, reconociendo que ellos habían matado, moría Carlos Iván Degregori. El imprescindible CID fue uno de los principales artífices del informe de la CVR. Por la tarde del día en que Trelles asoció libremente en Buenos Días Perú, tanto Keiko Fujimori como Sousa, Rey y Altuve explicaron el lapsus invocando dicho documento. Con ostensible ansiedad, Sousa dijo que “cometieron menos violaciones”, reincidiendo con los lapsus.
Reveladora paradoja: los fujimoristas escudándose en el informe de la CVR, que los condena sin atenuantes. Tal como cita José Alejandro Godoy en su blog Desde el Tercer Piso:
“104. Por lo expuesto, la CVR sostiene que en los últimos años del gobierno de Fujimori el conflicto armado interno fue manipulado con la finalidad de hacer que el régimen permaneciera en el poder. Ello sumió al país en una nueva crisis económica y en abismos de corrupción, descomposición moral, debilitamiento del tejido social e institucional, y una profunda desconfianza en la esfera pública. Todos estos rasgos constituyen, por lo menos en parte, secuelas de la forma autoritaria en que se resolvió el conflicto y configuran uno de los momentos de mayor oprobio de la historia de la República”.
El drama edípico de Keiko Fujimori es que para ganar esta elección tendría que, simbólicamente, matar al padre. Hasta ahora pareciera que intenta, más bien, reivindicarlo (“vindicar”, dicho sea de paso, es sinónimo de “vengar”). Así como Humala se edulcora en su esfuerzo por calmar las dudas de quienes temen perder sus pocos o muchos bienes, exponiéndose a perder el apoyo encolerizado de los que nada tienen, Fujimori no puede limitarse a apostar a la amnesia voluntaria y al citado miedo.
Por más que a ella los medios parcializados, que son mayoría, la traten con descarado favoritismo, eso no basta para conquistar a los indecisos y reticentes. Menos ahora que se acerca la hora y los afectos alcanzan su punto de incandescencia. Humala estuvo mejor esta semana, con su juramento no exento de riesgos: el apoyo de Vargas Llosa es muy relevante, pero podría verse a Ollanta como una creación de la imaginación portentosa del Premio Nobel. Un abrazo literario del oso. No obstante, tras la firma del Acuerdo Nacional, no ha cesado de dar muestras de su vocación democrática y su alejamiento del “padre” Chávez.
En el escaso tiempo restante, él deberá explicarnos con claridad si sabe cómo gobernar y no está esperando a sentarse en Palacio para decidir qué hacer. Ella tendrá que hacer lo mismo, pero demostrándonos su ruptura total con el régimen corrupto y asesino de su padre. Para eso no es suficiente silenciar a sus voceros más sinceros.