ABOGADO DEL DIABLO

AREQUIPEÑO EN CARACAS

por Hugh Player

Hace unos días, el arribo del Varguitas Baby, Alvarito, a la "antidemocrática y convulsionada" Venezuela provocó una especie de colitis en los diarios neoliberales (todos ellos bien paganini por fundaciones fascistonas americanas) que acusaron ipso-pucho a las huestes bolivarianas del comandante de atropellar la libertad de expresión del pequeño liberal porque algunos funcionarios (de dos por medio) y un ministro (militantemente torpe para darle excusas a los enemigos) informó que ningún ciudadano extranjero iba a "irrespetar" al Presidente Chavez, canchereando en casa ajena, sin recibir su carta pase al desafuero del planeta de los simios en menos de lo que Don Hugo suele mandar al carajo a los gringos.

Alvarito, cinico desde muy jóven, cuando entendió que en esta vida lo que realmente importaba era la plata y que sin mucho talento que exhibir bien podía sacarle el jugo al apellido del cocho jugándola por los yanquis como un campeón, pusó el grito en el silencio, se desgarró la ropa y se desarmó al peinado para acusar al mundo de esta violación de la que era objeto y que le traía muchos malos recuerdos por otras ocurridas durante su juventud cuando intercambiaba figuritas coleccionables de Milton Friedman con Jaime Baily. (Ahora ya se saben las causas reales del lío con Toledo y las cosas locas que la gente hace por amor)

Naturalmente que semejante bobalicón que exhibe el libro "Manual del perfecto idiota latinoamericano" como logro (aclaramos que no es un libro autobiográfico)

no solo merece que lo larguen de Caracas por pesado sino que la expulsión se realize usando la fuerza goleadora de algun zambo futbolista venezolano que calze 45.

A mi el gobierno de Chavez me parece infame, preciso para la sección primates dummies y reconocemos que se sostiene en los aciertos de inteligentes asesores en la sombra, por donde vislumbramos el talento de reconocidos intelectuales.

Pero no es casual que la intervención de los angurrientos de los Vargas tenga que ver con el petróleo que tiene Venezuela (y que no tienen otros paises con traumas dictatoriales pero pobres a los que los golosos characatos no empelotan ni en joda) ya que es sabido que desde El Mercurio de la mafia Edwards y con la plata de fundaciones fascistas como la Fundación Internacional para la Libertad, que se dedica a organizar la red de entidades de extrema derecha solapa en América Latina o el Centro para la Prosperidad Global, organización que promueve el pensamiento neoliberal, afiliado al The Independent Institute de Estados Unidos y sin contar a la podrida oposición política venezolana que tiene en sus filas a unas joyitas invaluables de la mafia política que harían temblar a cualquier banada de secuestradores, las riquezas maturales de Gorilalandia hacen babear a todos los imperios del momento.

El Show lo ha repetido el día de hoy, Varguitas Doc, el cocho, que pese a que ya frisa los setenta marzos anda pegándola de luchador por la libertad cuando lo máximo que ha sabido hacer es escribir artículos desde el extranjero (lo que lo convierte en el mejor lanzador de pañuelazos que tiene la caverna ultra) para combatir con su pluma alquilada a lo que no juegue con sus conveniencias.

Todos sabemos que estos escribientes infatigables por plata agarran hasta candela.

En cuanto al Sr Chavez, que tanto mal le hace a los verdaderos nacionalistas con sus intromisiones absurdas, sus teorías olvidadas por el tren de la historia, sus pésimos modales democráticos, sus sobones de cuarta y sus excesos acostumbrados, tiene todo el derecho de zanjar con quienes, en nombre de una representación que nadie les ha dado, lo agreden criticándolo con mentiras y excesos intolerables.

Puede responder con la fuerza de la ley ante cualquier amanerada malcriadez que se cometa en su cancha, su jaula, o su chacra. Le asiste el derecho.

Teniendo en consideración que la acción será exagerada hasta el hartazgo por esa prensa adicta al patio interior del departamento de estado norteamericano.

Sería bueno que conocieramos quienes conforman ahora la oposición en Venezuela para saber que intereses representan esos payasos disfrazados de defensores de la democracia que nunca están presentes cuando se habla de los abusos de Estados Unidos y que cultivan en su pequeña almita la inexorable conciencia de Felipillo.

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