martes, 5 de mayo de 2009

GRINGA VIEJA





La verdadera plaga es la incapacidad de aprender
Guillermo Giacosa

Hasta cuándo tendremos que soportar las ridículas preocupaciones de los estadounidenses por nuestra salud política. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, opina que, si se miran las ganancias, particularmente en América Latina, que Irán y China están haciendo, es bastante perturbador. “Están construyendo conexiones económicas y políticas muy fuertes con muchos de estos líderes”. Sí, es verdad ¿Y qué? ¿O solo ellos pueden permitirse 'conexiones’ con regímenes cuya estructura interna no coincide con la nuestra? ¿Ignora Hillary que es la plata china la que le permite a EE.UU. seguir con el cuello fuera del agua? En cuanto a Irán, más allá de las escandalosas deformaciones informativas que la prensa entrega como un ejercicio cotidiano de traición a la objetividad, no creo que América Latina tenga nada que temer de ese país.No nos van a convertir al islam porque comerciemos nuestros productos o se formulen algunos emprendimientos conjuntos en materia petrolera. Cuando hablamos de libertad de comercio entendemos que de eso se trata: de comerciar con quien nos convenga sin preocuparnos si ese comercio agrada o no agrada al poder económico y político de EE.UU. Así debiera ser y así debieran entenderlo los buenos liberales. Hillary acepta el fracaso de Bush y su banda de descoordinados mentales para transformar a China e Irán (¡¡China!!) en parias internacionales. “No funcionó”, dijo. Sin saber que, si hubiese funcionado en el caso chino, las consecuencias habrían sido dramáticas para el propio Estados Unidos y para la comunidad internacional. Y, en el caso iraní, habría agravado hasta el total descontrol la crisis en el Medio Oriente. Uno trata de ser ecuánime con los gringos que ocupan hoy la Casa Blanca, pero este tipo de declaraciones deja un sabor a película ya vista que produce una sensación de hastío, de ¡ya basta de estupideces!, que es imposible dejar de expresar. ¿Con quién nos quieren asustar ahora? Ya Bush logró poner en evidencia –y así lo demuestran encuestas universales muy serias– que a lo que más se teme en el planeta (ojalá pudiera decir “se temía”) no es a las brujas de papel inventadas por la 'inteligencia’ de la superpotencia, sino a los desvaríos de EE.UU. que, en tiempos de Bush, llegó a un clímax que no es, por cierto, ni el primero ni el único de su historia. Agregó luego un poco (solo un poco) más sensatamente Hillary Clinton: “No creo –que en un mundo multipolar en el que estamos compitiendo con al menos los rusos, los chinos y los iraníes– nos beneficie dar la espalda a países que están en nuestro hemisferio”. Solo me preocupa saber qué quiere decir la secretaria de Estado con “dar la espalda”. Hay muchas interpretaciones para esa expresión, y la historia de EE.UU. no nos lleva a ilusionarnos con las más positivas. Si mal no recuerdo, la última vez que no nos dieron la espalda florecieron los Pinochet, los Videla, los planes 'Cóndor’, las de-sapariciones, etcétera. Creo que los preferimos de espaldas.
-----------------------------------

No hay comentarios: