miércoles, 15 de octubre de 2008

ALTERNATIVA REAL









La hora del Banco del Sur



Emir Sader



UNASUR debería convocar inmediatamente una reunión de carácter excepcional, para discutir como los países del continente deben actuar frente a la crisis internacional. No hay otra actitud posible que no sea la de profundizar los procesos de integración para disminuir la fragilidad y los riesgos de la región ante la crisis, forjada en el centro del capitalismo y que quiere que los pobres de cada país y los países de la periferia del sistema, paguen el precio por los remedios brutales que los gobiernos centrales ponen en práctica.
Una serie de supuestos consensuales requieren que nuestro continente fortalezca sus mecanismos de defensa ante la crisis internacional, la cual está caracterizada claramente como el resultado de una juerga especulativa de los países centrales, de los Estados Unidos en particular. La desregulación financiera es la fuente de esa gigantesca burbuja especulativa. Desregulando – de acuerdo a las fórmulas del FMI, de la OMC y del Banco Mundial – se promovió rápidamente la hegemonía del capital financiero bajo su forma especulativa, al mismo tiempo que se propició la libre circulación de capitales.
Os resultados están a la vista. Los países que participan de los procesos de integración regional en América Latina están menos expuestos a la crisis, porque incrementaron el comercio y los intercambios entre si, porque diversificaron sus relaciones internacionales. Ahora se trata de dar nuevos pasos hacia adelante, para no ser víctimas pasivas de la crisis internacional.
Es la hora de avanzar y profundizar el proceso de integración. Es la hora de avanzar en la construcción del Banco del Sur, en dirección a la creación de la moneda única regional, de un Banco Central único, de mecanismos de control de la circulación del capital financiero, de protección de los mercados internos, de avanzar hacia políticas económicas únicas, de desarrollar proyectos de integración industrial y tecnológica, de elaborar un plano de desarrollo regional.
Es la respuesta latinoamericana a la crisis, fortaleciendo los mecanismos de integración, la diversificación de las relaciones internacionales, el desarrollo de los mercados internos de consumo, acentuando la coordinación de los sistemas bancarios y financieros de los países de la UNASUR.
Los países centrales del capitalismo, responsables por la exportación de las políticas de libre comercio y de libre circulación de los capitales, desean comprometernos con sus soluciones, que consisten apenas en inyectar gran cantidad de capital para rescatar un sistema quebrado, sin introducir modificaciones fundamentales en las políticas que llevaron a la gigantesca crisis actual.
Debemos tener nuestra propia respuesta que, en el plano internacional, debe proponer formas de regulación para la circulación del capital financiero – impuestos sobre esa circulación, de la forma como ATTAC propone, como un impuesto ciudadano para políticas sociales -, de control estatal sobre el sistema financiero, de penalización de los responsables por los procesos especulativos que condujeron a la crisis actual.
Pero nada sustituye nuestras alternativas que, coherentemente con lo que ha sido el proceso de integración regional, deben hacer de ese proceso nuestra forma de defensa y de acción autónoma frente a un sistema financiero internacional arruinado. Avanzar en la construcción de un mundo política y económicamente multipolar, marchando hacia laconstrucción del Banco del Sur, con reservas propias, moneda única y Banco Central único. Basta de tener nuestras reservas en peligro en los bancos del norte, es hora de que éstas financien directamente nuestro desarrollo, bajo nuestro control. Debemos progresar al mismo tiempo en todas las formas de integración del desarrollo regional.
Si no, seremos víctimas, una vez más, de las soluciones de los propios responsables de la crisis, que tratan de socializar las pérdidas de un sistema basado en la privatización de las ganancias. Quedó claro que no se puede tener ninguna confianza en los supuestos del sistema financiero internacional fundados en la llamada "libre circulación de capitales".
Es la hora del Banco del Sur, la hora de profundizar y consolidar todos los mecanismos de integración regional, la hora de impedir que exporten su crisis y de hacer prevalecer el desarrollo regional sobre las ruinas del neoliberalismo y de la hegemonía imperial estadounidense.



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