por Hugh Player
Quienes, desde el rincón de su mediocridad -creyéndose muy estratégicos- han supuesto que el Tobi nos va a entregar los cuerpos desnudos (puñales, ¡que horrible!) del buen Yehude y de la magnífica Mechita andan peor que equivocados, están en plena naranja Huando y revelan muy poco criterio político, además de una pelotudez estratósferica.
Y es que el juego del gobierno después de retroceder en el asunto de los decretos (específicamente derogan dos cuando deberían revisarse todos los que tienen que ver con este tema y que nos muestren el mapa real de las concesiones entregadas) es que el Parlamento primero interpele y luego censure, para ir quemando todas las instancias necesarias y que cada vez sea mas complicado aplicar esta acción porque ya sabemos que la Constitución permite la censura de tan solo tres gabinetes y así el próximo podría ser mucho, pero mucho mas impune (por lo intocable) ya que a la tercera va la vencida y habría la posibilidad de cortarles la mamadera a los otorongos con lo que practicamente estarían autoregulados por sus intereses personales.
Así que luego de exhibir al Premier como futuro buen prospecto para ocupar el sillón de Pizarro (el conquistador, no el bombardero) convertirlo en dialogador itinerante interprovincial, se le victimizará en manos de un Congreso lleno de enemigos del estado y de desestabilizadores profesionales de nuestra frágil democracia.
La tienen bien pensada, así que no les sorprenda que la oposición caiga redondita.
En estos días y conforme nos distraigamos un poquito mas, aparecerá revitalizado el Tobi Catrasca y le dará su apoyo incondicional (y temblecón) al Cristo pobre del sólido norte y a la dama de hierro del monasterio (¿ o templo ?) del interior.
Recuerden, aquí no hay arrepentimiento, menos deseo de cambiar, la política maleada te enseña cuándo, cómo y dónde, debes de quemar tus naves fallidas.
Y definitivamente Alanito no tiene ministros, para el son simples fogatas o patéticos bonzos.
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