miércoles, 3 de junio de 2009

ASALTO AL CANAL DE LA MANCHA II





No existe base jurídica para intervención estatal en Panamericana, sostienen tributaristas.
Ilegalidad evidente
La administración tributaria que ingresó a Panamericana Televisión el pasado lunes no tiene una base legal y, a juicio de expertos tributaristas, no es conveniente que la Sunat tenga ese tipo de privilegios porque una cosa es embargar cuentas o rematar bienes y otra muy diferente es meterse en la gestión de las empresas.
El ex jefe de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat), Luis Alberto Arias Minaya, dijo a LA PRIMERA que no existe una base jurídica que justifique la intervención de este organismo estatal en el Canal 5 ni la instalación de un administrador tributario. Sostuvo que las funciones de la Sunat están orientadas al cobro de impuestos, mas no así a gestionar ni administrar empresas. Por lo tanto, el jefe de esta entidad tampoco tiene competencia para nombrar un consejo consultivo editorial en Panamericana Televisión, pues sería primera vez en la historia que se realiza este tipo de intervención.
“La situación de los trabajadores y otros acreedores también resulta incierta porque no existe un antecedente de este caso que permita, por lo menos, saber cómo se conducirá la administración tributaria de Panamericana Televisión. Habría que consultarle al jefe de la Sunat qué base jurídica empleó porque no la conozco”, indicó Arias Minaya. Para el tributarista César Luna Victoria, aunque la base legal estaría en “la letra chiquita de la ley” y eso hace técnicamente legal la forma de intervención en el Canal 5, no resulta nada conveniente que la Sunat tenga ese privilegio porque si bien ahora tiene un jefe intachable mañana podría tener otro que no lo sea.
Argumentó que cuando el organismo de administración tributaria sospecha que alguien está evadiendo impuestos tiene que solicitar que un juez autorice el levantamiento del secreto bancario y el magistrado le pedirá que fundamente en qué indicios se basa, pero en el caso de Panamericana actuó por decisión propia.
Por su parte, el abogado y congresista Rolando Sousa, denunció que todo estaba concertado y preparado porque el viernes 29 Alan García mandó fuera del país al presidente de la Corte Suprema, Javier Villa Stein, quien estaba interesado en que se agilice la resolución del caso Panamericana. El sábado García declara, dijo el congresista, que el dinero que adeuda Panamericana al fisco es de todos los peruanos, el domingo Delgado Parker dice que Schütz no entrará al Canal 5 de ninguna manera y el lunes Sunat interviene Canal 5.
Hace tiempo hay un proyecto bien tramado del Poder Ejecutivo para poder apropiarse de Panamericana Televisión. Éste es solamente un paso en este proceso que se viene dando desde el año pasado, cuando el señor Garrido-Lecca se acercó a la familia Schütz para tratar de adquirir las acciones.
SOBRE DEUDAS
En setiembre del año pasado La República debía casi cinco millones de soles, El Comercio casi 14 millones de soles, el Canal 4 casi 40 millones de soles; se está abriendo una puerta para que finalmente a través de la Sunat el Poder Ejecutivo de turno pueda hacerse propietario en forma indirecta a través de sus amigos de los medios de comunicación.
Las últimas horas de Genaro
por César Hildebrandt
El señor Enrique Cornejo, uno de los cajeros del doctor García, ha dicho que la libertad de expresión “está garantizada en Panamericana TV”.
Es como cuando decía que en el Instituto de Comercio Exterior –que él dirigía- no se robaba ni se exigía coimas por el tráfico de los dólares MUC.
Cornejo, que tendría que haber pasado por la justicia penal si el Perú fuera un país en serio, no ha hecho sino confirmar que el “operativo Canal 5” nació en las sentinas del palacio de gobierno. Nadie como Cornejo, secuaz hasta la médula, para hablar en nombre de García.
Los hechos, desde luego, desmienten a Cornejo.
Y no sólo porque hayan despedido al equipo de “Panorama” sino por el clima tóxico en el que esa maniobra se ha producido.
El domingo 31 de mayo debió salir en “Panorama” un reportaje de once minutos que César Hildebrandt Chávez había dedicado a los 60 años del doctor Alan García.
No se trataba sólo de una de esas “apretadas biografías” que la prensa suele armar con motivo de un cumpleaños importante sino de un recorrido, entre irónico y travieso, por esa vida de sucesivas resurrecciones que el doctor García ha vivido para disfrute de su familia y de algunos de sus más cercanos colaboradores.
Hildebrandt Chávez entrevistó a Carlín, a Javier Diez Canseco, a Ricardo Vega Llona, a Pocho Tantaleán y a Augusto Álvarez Rodrich para que hablaran de García. No se trataba, como se ve, de una portátil del entusiasmo pero tampoco de un aquelarre antialanista.
El reportaje fue entregado tarde. Tan cerca de la hora de emisión del programa, que Pablo O’Obrien, el director de “Panorama”, consideró que era mejor no sacarlo. Alguien, en el control maestro, habló de “problemas con el audio”, pero ese pretexto fue después descartado.Todo indica que O’Brien habló del reportaje con Genaro Delgado Parker. El asunto es que a Genaro se le pararon los pelos cuando lo vio. Y, por supuesto, lo vetó. No era dable permitir que un malhadado recorderis biográfico frustrara las negociaciones que llevaba a cabo con García. O’Brien no le dijo nada del veto a Hildebrandt Chávez. Lo único que Hildebrandt Chávez supo es que a Genaro se le ocurrió que si la nota salía debía figurar el siguiente crédito cada vez que apareciera Javier Diez Canseco: “Ex congresista comunista, 0,5% de los votos”.
Como nadie le dijo nada ni directa ni indirectamente, aunque los rumores crecían como las habichuelas mágicas, Hildebrandt Chávez se presentó el domingo 1 de junio, a eso de las 6 de la tarde, a las oficinas de “Panorama”. Llevaba el reportaje sobre los 60 años de García, que se había llevado para hacerle unos retoques sin importancia, y otra nota, ajena al tema, que acababa de editar en su casa.
Antes de que entrara al despacho de “Panorama”, escuchó la voz de Genaro Delgado Parker llamándolo. “Necesito hablar contigo”, le dijo.Genaro lo llevó hasta su oficina y empezó un circunloquio de cientos de kilómetros y por lo menos un par de siglos. Su monólogo lo llevó a hacer comentarios sobre las tensiones con Chile, la tragedia de la Guerra del Pacífico, el problema de Tiwinza y la paz con el Ecuador. En esa “conversación”, que apenas permitía alguna fugaz acotación, no faltaron, por supuesto, los recuerdos de la época de Velasco, la creación de Telecentro, el exilio en Buenos Aires y Puerto Rico y, de nuevo, el armamentismo chileno tan preocupante.
Hildebrandt Chávez no sabía qué hacer ante ese viejo que aspiraba a que la historia hablara por su boca. Y eran veinte para las siete de la noche y Genaro seguía abriendo los tesoros de su memoria (aunque ocultando lo mejor de sus botines y el frasco con cabezas reducidas que debe de guardar en alguna parte).
Al final, tras de ciertas frases confusas y un poco de nerviosismo, saltó la liebre. Genaro le dijo a Hildebrandt que él (Genaro) era el verdadero Editor General de Panamericana, que debajo de él (y sólo debajo de él) estaban los directores de cada programa periodístico y que él, como Editor General, y en nombre de esas funciones, a las que jamás había renunciado, podía vetar y vetaba cualquier noticia, reportaje o entrevista que llevaran el sello del Canal. Así de contundente.
Hildebrandt Chávez terminó de escuchar eso y le dijo a Genaro que ya era muy tarde, que faltaban diez minutos para las 7 de la noche y que tenía que entregar su material.
El especial sobre el García sexagenario no salió al aire, por supuesto. Después del programa, el equipo de “Panorama” se reunió y allí Hildebrandt Chávez anunció su renuncia. Todos, incluyendo O’Brien, lo lamentaron. Nadie, sin embargo, lo imitó. O’Brien, que aspiraba a ser una versión remozada de Carlos Paz Cafferata, se sentía seguro. Y lo que quedaba del equipo, también.
Al día siguiente ocurrió lo de García tomando el Canal a través de su Sunat. Hildebrandt Chávez llamó por teléfono a O’Brien a eso de las 4 de la tarde para pedirle que encendiera Canal N. O’Brien pareció quedar en shock. Pero todavía se sentía seguro.
Ayer, sin embargo, a la 1.30 p.m., el nada profético O’Brien fue recibido en la puerta de Panamericana con una carta de despido colectivo. La firmaba, con fecha antelada, Genaro Delgado Parker a nombre de Panamericana Contenidos y hablaba, en el peor estilo genarista, de “razones de rating”.
La verdad es que en el asunto del rating el nuevo elenco había hecho todo lo posible en un Canal que tiene la credibilidad en el suelo y los equipos en ruinas. Pero Genaro no puede dejar de poner su sello en cada despedida.
Hildebrandt Chávez había hecho una propuesta que O’Brien había aceptado delante de los demás reporteros. Esa propuesta era hacer, por fin, una nota a fondo sobre la matanza del Frontón. Ahora es dable pensar que esa información, dada presumiblemente por O’Brien a Genaro en una de esas conversaciones sonsacadoras con las que el administrador judicial de Canal 5 martirizaba al director de “Panorama”, aceleró su caída y la de todo el equipo.
De tal modo que don Genaro “limpió” el Canal antes de entregárselo a García. Eso facilitará el trabajo de cualquier Valenzuela que se haga cargo y de cualquier Chang o Garrido Lecca que se haga con el Canal. ¿O será la Universidad San Martín?
Pero si Genaro “limpió” el Canal de reporteros peligrosos, la huella de su propia mugre llega hasta el Código Penal.
En el lado de Ernesto Schutz Freundt, el hijo que tuvo que renegar de su impresentable padre, se esperaba que se emitiese la resolución con la que terminará, desde el punto de vista de la judicatura, todo este enredo.
Esa resolución provendrá del despacho de la jueza Ana Lucía Campos Flores, del segundo juzgado civil del Cono Norte, y ordenará, sencillamente, que Panamericana vuelva a manos del directorio que interpuso la demanda original.
Como el servil Cabello es una figura administrativa, como no hay ninguna resolución judicial que lo haya nombrado y como su papel de cobrador de la Sunat sólo le da derecho a vigilar pagos pero no a gestionar, a la hora en que esa resolución entre en vigencia veremos hasta dónde está dispuesto a llegar el hampa aprista. No sólo eso. El abogado Mario Mori Castro preparaba ayer unos papeles que pueden hacer historia. Serán una demanda penal y otra civil en contra de la Sunat, en contra del Poder Judicial y en contra de Genaro Delgado Parker.
A la Sunat se la denunciará por omisión de funciones y complicidad en el fraude tributario sistemático y prolongado que encubrió a lo largo de estos últimos seis años. Al Poder Judicial se le planteará una denuncia por haber acogido el carrusel de amparos y tretas varias con el que Genaro pudo quedarse seis años saqueando la empresa que debía custodiar.Y a Genaro Delgado Parker se le enjuiciará por su responsabilidad protagónica en la quiebra de Panamericana y en la apropiación ilícita de impuestos ya cobrados (el IGV, por ejemplo), aportaciones sociales (las CTS) y montos indemnizatorios y beneficios que llevan años de espera.
Y esta vez Genaro no podrá refugiarse ni en su edad ni en la prescripción. Porque las penas que le esperan son lo suficientemente severas como para que los atenuantes de la senectud o de la fecha en que se produjeron los delitos no sean tomados en cuenta.
Además, el gran problema que se le viene a Genaro es que, según la ley procesal penal, él ha sido, como “administrador judicial”, un eventual funcionario público.
En efecto, según las leyes vigentes quien ejerce la administración judicial de un bien se convierte en “órgano de auxilio judicial”. Y eso, según el doctor Mori, es suficiente como para acusar a Delgado Parker del delito de peculado.
Para proteger a Genaro y eximirlo de su futuro carcelario García va a tener que jugar con todas las cartas marcadas y con una Uzi sobre la mesa. Como le gusta. “Gamboa” va a ser agua de malvas.

Libertarios, se busca
por César Lévano
Mario Vargas Llosa y su hijo Álvaro suelen fungir de apasionados defensores de la libertad de expresión. Para ellos Hugo Chávez, por ejemplo, es un enemigo de esa libertad porque en marzo de 2007 no renovó la licencia a Radio Caracas Televisión (RCTV), un medio de comunicación tercamente golpista.
Esa emisora privada apoyó el golpe que en abril del 2002 derogó la Constitución de Venezuela, cerró La Asamblea Nacional, suprimió el Tribunal Constitucional y, de paso, “destituyó” al presidente Hugo Chávez.Cuando Chávez, en uso de un atributo legal, negó en el 2007 la ampliación de licencia para la televisora subversiva, los libertarios profesionales protestaron en coro múltiple, rápido y simultáneo. El Washington de Bush empuñó la batuta. Pero ahora que Alan García decide apoderarse de Canal 5, televisora privada, sorprende el silencio de esos implacables demócratas.
Tras acudir en Caracas a una cita organizada por el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice), cuya gerenta general, Rocío Guijarra, integró la conjura golpista del 2002, los libertarios guardan sepulcral silencio respecto del manotazo en Canal 5. Seamos optimistas, sin embargo. Concedamos una tregua a los libertarios. Deben de haber quedado exhaustos después de la hazaña cometida en Caracas, donde el presidente Chávez tuvo la insolencia de no aceptar un debate con Mario Vargas Llosa, debate que no había sido pactado.
Confiemos en que, transcurridas 48 horas de la captura, arbitraria y sin precedentes, de una empresa privada so pretexto de una deuda a SUNAT, los guerreros de la libertad saquen de su vaina el machete verbal.
Como revela Raúl Wiener en esta edición, el acuerdo de intervención en Canal 5 surgió de una reunión en Palacio celebrada el sábado último entre Alan García, Luis Carranza, ministro de Economía, y Manuel Velarde, jefe de SUNAT.
La fórmula extraída del sombrero viola principios constitucionales, códigos, leyes y funciones. Interrumpe -y es muy, muy grave- un proceso judicial en su fase final.
Lo que se dibuja en el fondo es una maniobra política, que apunta, por un lado, a nutrir el ogro egocéntrico de García y fortalecer su dictadura unipersonal, sospechosa de servir para fines inconfesables, y, por otro, a apuntalar la alianza derechista con miras al 2011 y después.
Por algo el fujimorismo rehúsa condenar esta arbitrariedad del poder.
Los periodistas que van a ingresar en Canal 5 confirmarán lo que sostenemos: su adulación al gobernante, y las descargas de odio contra los opositores no van a herir la sensibilidad de un personaje como Roque Benavides, gran minero y enemigo jurado de los derechos de los trabajadores.
Los hechos están allí. El de los libertarios de salón es un silencio que grita muy alto.

Estatización a lo García
por Raúl Wiener
Cuando oigo a García hablar del derecho de todos los peruanos, me pongo la mano al bolsillo porque siento que se viene un asalto. Lo último ha sido enterarnos que Panamericana Televisión no es de la familia Schütz, que mal que bien con todos sus pecados a cuestas tiene la mayoría de las acciones, y tampoco de Genaro Delgado Parker, que no es dueño de nada pero se maneja una pechuga inmensa, sino también del Estado por la deuda tributaria que mantiene, o lo que es lo mismo, de “todos los peruanos”, que somos los que pagamos impuestos. Si esto fuera verdad, sería casi una versión criolla del socialismo del Siglo XXI. Si aplicásemos inmediatamente el mismo derecho a todas las empresas que en el Perú le deben impuestos al Estado, ¿cuántas requerirían un administrador como el señor Cabello?
Y si nos refiriéramos solamente a los medios de comunicación donde muy pocos tienen su situación saneada, ¿qué pasaría con “Correo”, “Frecuencia Latina”, “ATV” y otras empresas insolventes por el estilo?
Pero aquí nadie está alarmado por este brote estatista, e ilustres liberales, incluido un ex presidente de la Confiep, un abogado y un publicista de grandes empresas, están de lo más cómodos como consultores y garantes de la “libertad de prensa” en el medio intervenido, como si lo que pasara fuera de lo más normal. Dice el señor Velarde que preside la Sunat, que la razón de su intervención se debe a que había un riesgo de que no pudiera recuperarse la inmensa deuda que Genaro había pateado sistemáticamente para adelante en los seis años de su administración judicial. Pero no explica por qué no quiso cobrarle antes, cuando hubiera afectado la gestión de Delgado Parker y seguramente hubiera tenido mayores esperanzas de recuperación. En otras palabras, ¿por qué lo hace cuando estaba en camino la instalación de una nueva administración a partir de la solución judicial y tenía la opción de empezar a negociar con ella?
Más aún, ¿cómo es esto que Genaro sabía el domingo que Sunat pediría la insolvencia y que ya no pasaría por la vergüenza de tener que entregar la televisora a sus enemigos, lo que era presentado como un éxito postrero de sus maniobras; y al mismo tiempo desmantelaba las instalaciones y se llevaba todo lo que pudiera tener algún valor?, ¿no es evidente que todo estaba arreglado no para recuperar, sino para ayudar al ex broadcaster en su retirada?
Pero si algo desborda la paciencia es que encima de haber inaugurado el rol de una Sunat administradora a partir de sus deudas (que se impone a las funciones de Indecopi, a los derechos de otros acreedores, a la estructura empresarial y a los mandatos judiciales), el señor Velarde diga en medio de balbuceos que aquí no hay amenaza a la libertad de prensa, porque su institución ha nombrado para encargarse de eso, un comité consultivo integrado por destacadas personalidades. Acabáramos. Con razón el rumor que más se oye en estos días es que estos consultores libertarios dispondrían como primer jale del canal intervenido, el regreso de la Chichi a la televisión
Muchos se preguntan -bastante candidamente- por qué el estado por medio de la SUNAT no interviene también algunos medios de comunicación que deben hasta los calzoncillos en impuestos. Fácil, pues mis queridos inquisidores, esos medios son tan gobiernistas que canal 7 es una rata opositora a su lado. Claro, ya hemos dicho lo caro que sale pagar los silencios y la cantidad de fruta que suelen mandarnos para jugar a la tapadera de las travesuras bartsimpsonianas de nuestros cleptocráticos mandones. Sigue siendo un pésimo negocio.
Por eso hoy ha salido el Tobi a jurarse un fiel defensor de la libertad de expresión (aunque no ha negado cómo le gusta la posibilidad del canal propio, asi sea la porcata de Panamericana Televisdión que no la sintonizan ni los que trabajan ahí, por amor al arte, porque es sabido que ahí no cobraba mas que Don Genaro)
Recordémosle al gordo sobre su antigua tenencia de canal 13 por medio del loquito Brani Zavala y del invisible Vittorio De Ferrari .
En un momento llamó al cinicazo del chino-cholo Chang y le dijo, oiga Ministro Chang ¿ la San Martin quiere comprar ese canal quebrado? Todo un chistoso, el Catrasca pegándola de inocente. Chang musitó internamente, en tus negocios no me meto compadrito, yo todavía quiero seguir siendo ministro.
Como sea, aquí hay delitos que la justicia, tarde o temprano, perseguirá, y si el Perú cambiara en el futuro, quizás también alguien libre cana por esta burla de estafas y estafados en donde los perjudicados siempre fueron los trabajadores, a quienes si este gobierno verdaderamente apreciara y defendiera, debería entregarles el canal de marras para dar un ejemplo al mundo de lo que significa la palabra equidad después de tantos años de sufrirla por la mejor ventana.
Pero no va a pasar nada. Genaro vacacionará en su yate de Marbella. El canal caerá en manos de los nuevos socios del Tobi y serán sólo aviesas testas los futuros dueños de la empresa y el laburante, al quien le han pegado duro con un palo y duro también con una soga, seguirá esperando que alguien le cancele sus beneficios birlados y que el próximo gobierno no sea tan maleado como este que lo dejo abandonado en la isla de la indolencia.
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