EL OTRO CLÁSICO
por Hugh Player
Cuando nos referimos al partido de fútbol que llamamos CLÁSICO (con la exageración característica de quienes buscan darle algo de sentido al bastante mediano peloteo nacional) no sólo nos enfocamos en el encuentro que suelen apurar los cuatro zambos currapantiosos que visten (inmerecidamente) la casaquilla de los equipos mas populares del país: Universitario de Deportes y Alianza Lima. En ese orden y sin discusión.
El tiempo no ha pasado en vano y lo que en épocas pretéritas significaban disputas de talento y entrega, ahora se ha transformado en interminables y champeros pelotazos al ollazo del centro del área en donde los delanteros no pueden ni patear bien la pelota teniendo que recurrir al cabezazo sorpresivo y lecherón de cualquier defensa que aparece de repente escondido en el tumulto y yendo hacia el balón con los ojos bien cerrados y la mitra como un ariete reforzado de pura pasita.
Gol, es cierto, pero de una factura tan mediocrona que me preguntó dónde están los buenísimos jugadores de temple por los que de niño me hice hincha acérrimo del Club Universitario de Deportes. Se que sigo en la crema porque algo de masoquista se anida en mi alma y porque, como el equipo de mis amores, yo también espero salir en algún instante de esta larga temporada de sequía, discreción y conformismo.
Pero hay un encuentro que nos mueve tanto o mas que el anterior. El llamado clásico del Pacífico y que enfrenta a Perú con Chile en este juego.
Y el domingo tendremos a los chilenos en la cancha para recordarnos como, desde que nos dieron una soberana pateadura en la guerra y mientras se apoderan de nuestro país en complicidad con los traidores de siempre, nos estamos exponiendo a que nos canasteen en el marcador del Monumental de Ate (y en el espíritu nacional) porque ellos llegarán con lo mejor de su vidriera (que tampoco son la gran cosa pero si son mejores de lo que tenemos nosotros en esta convocatoria) y con un entrenador de innegable capacidad (Bielsa es Bielsa, y el Chemo Del Solar es por desgracia el Chemo Del Solar) osea a ellos no les faltará nadie, y nosotros tenemos lo mejor de la generación pagando el castigo interno de estar suspendidos por una juerga de hace un año (con lo que solamente favorecimos a los demás países competidores) y con el agravante de ser una nación en donde siempre se aceptó sin cortapisas la indisciplina de los futbolistas con la condición de ganar los partidos que nos tocara enfrentar, poniendo en el césped lo que las gallinas normalmente ponen en sus nidos: huevos = coraje. Salvo Lolo Fernández nadie ha sido un sano ejemplar.
Naturalmente esta gracia hay que agradecercela a una mujer que vive del escandalo ajeno y rebeceado (real o inventado) y a un sujeto aniñado que no aporta mas argumentos que los chismorreos vulgares de los cuarteleros del hotel deseosos de denunciar por una menestra. Además del temeroso cuidado, selectivo y cabrón del conductor que busca tan solo personajes débiles porque con los verdaderos poderosos sufre de incontinencia juvenil e impotencia política selectiva.
Mientras Farfán, Pizarro, Guerrero y Mendoza vienen haciendo goles todas las semanas en sus respectivas ligas que son de innegable calidad y de rigurosa competencia en un nivel muy superior al del medio local.
¿Vamos a dejarnos golear porque somos un estado erigido sobre los mas sólidos principios morales en donde la disciplina ha sido y es la base de nuestras vidas? Por favor, ni como chiste pasa este argumento bastante hipócrita y falsete.
¿O hay otros intereses de por medio moviéndose entre las sombras? ¿Necesitamos cabezas de turco para justificar el fracaso de un fútbol organizado por (y para) mafiosos que viven medrando del deporte, desde periodistas hasta dirigentes paseando por empresarios e incluso futbolistas? Las respuesta son obvias.
Los futbolistas chilenos declaran que están mas preocupados por Uruguay que por nosotros. Que nuestros mejores jugadores no van a estar. Osea somos papayita.
Yo espero que esta vez nos comportemos como gente decente y civilizada para respetar la integridad de los chilenos que lleguen a Lima. Que la policía actúe con dureza y que se le aplique todo el peso de la ley a quien pretenda agredir a los visitantes extranjeros. Hinchas o jugadores. Las piedras de hace unos años atrás fueron una vergüenza y una cobardía que no vamos a dejar que se repita porque esa no es la manera de enseñarle a los vecinos de que estamos hechos.
Pero en la cancha tendrá que ser distinto. Espero que a los hijos de la estrella del sur los nuestros los partan en cuatro pedazos cuando haya que marcarlos con fuerza (pero con nobleza) y que los goles entren con un roto envuelto en la pelota y el arquero estampado en las redes. Porque este partido no lo podemos, ni lo debemos perder. Es una cuestión de honor.
Los jugadores que vestirán la blanquiroja este domingo nos deben esta satisfacción a todo el pueblo peruano y será una muestra de respeto a quienes hace mas de un siglo entregaron su vida por la patria que hoy se pretende vender irrespestando la memoria de los héroes.
Necesitamos que el gobierno nos escuche por medio de este encuentro de viejos rivales, así sea con un cabezazo de toro loco como el que ayer por la tarde nos regaló -a lo bestia- el buen John "Tyson" Galliquio.
Arriba Perú. No nos ganan. Viva el Perú carajo.
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