martes, 31 de marzo de 2009

LA DOCTRINA PORCEL&OLMEDO

Hace años (casi treinta más o menos) cuando sufríamos a los militares gobernandonos por toda la región, veíamos en los cines a la pareja argentina mas taquillera de la historia del cine rioplatense: El gordo Porcel y el flaco Olmedo.
Las películas eran casi todas del mismo tema. Los cómicos trataban de engañar a sus esposas, buscando relaciones (casi con desesperación) y nunca lograban su cometido.
Por graciosas que fueran las películas siempre tenían el mismo final: El placer no llegaba jamas.
La aventura no daba frutos. Lo que el humor nos mostraba sin querer era el orgasmo eternamente aplazado, la insatisfacción que suele provocar el nunca conseguir los deseos.
Esa es la misma dóctrina que el Chemo Del Solar vende en cada fecha de la eliminatoria.
La afición o el hincha son como el ilusionado tandem argentino. Aquellos buscaban el placer y los otros, el triunfo en la competencia, y en ambos casos el gozo ha de ser siempre esquivo. Y sin mas esperanza que un futuro intento fallido.
Por eso que el Chemo es dañino: vende esta terrible y odiosa forma de conformismo. Y -como los capocómicos argentinos- al final vuelve, con el rabo entre las pierrnas, a la casa de donde no se va jamas. No hay peor disculpa que la de aquel que hizo del fracaso una forma de vida

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