domingo, 18 de noviembre de 2007

COSAS DEL WANTAN




Cocinero chino ataca a clientes con arma

Perdió la razón. Un violento cocinero de origen chino atacó con un instrumento cortante al comensal Ccocque Ccallo (29), luego de que este intentara enamorar a una de las meseras de su chifa, informó Esteban Lázaro, corresponsal de LA PRIMERA en Huaraz.Asimismo, el cocinero atacó también a otros tres clientes a quienes persiguió por las calles Sucre y Bolívar. Sin embargo, la intervención de los vecinos y de la policía impidió que ocurriera una tragedia. Luego que la policía de Huaraz interviniera al ciudadano chino, este se negó a informar su nombre en la comisaría de Huaraz a donde fue trasladado, previo forcejeo con los agentes del orden, al encontrársele arma de fuego de corto alcance.


Siempre se habla de la filosofía oriental. Esa especie de flema contemplativa de la que parecen gozar todos los que tienen los ojos jalados como puñalada en cuero. Hay tanto anime aderezado de conceptos metafísicos que cuando uno ve un chino o un ponja con aire viciosón descubre inmediatamente que en esa persona la genética descendente está haciendo de las suyas, que el lado obscuro -como le paso a Anakin Skywalker- lo tiene sumergido en las fuerzas de la inconciencia. En este cocinero iracundo, desbordado de la emoción porque un parroquiano le comenzó a cirear a la mesera, deben fusionarse la lujuria y la ira que casi normalmente vienen juntas. Corretear con un cuchillo al empalagoso cliente y tratar de hacerle la liposucción sin anestesia a otros comensales persiguiéndolos por las calles revela un grado de descontrol único, tanto así que sólo pudo ser reducido por varios policías dentro de la comisería . Esto tiene que ver con lo que normalmente creemos de la gente y la sorpresa ingrata que nos podemos llevar con cualquier sujeto con cara de manso que se convierte en un mostruo de violencia si es que le activan el interruptor correspondiente. Ojo: también nos puede pasar a nosotros que no conocemos las legiones de seres extraños que conviven silenciosamente en nuestro interior.

No hay comentarios: