sábado, 16 de agosto de 2008

LA NOCHE DEL CABALLERO





El sismo moral de la cólera


por César Lévano (*)


El Presidente Alan García no fue a Pisco, como era su deber, para conmemorar el aniversario del terremoto que destruyó a esa ciudad y arruinó a otras. En cambio, envió tanques y tres mil policías, con fusiles de asalto. Tuvo miedo, el Presidente. Ese temor se justifica. Ante todo porque la protesta no sólo ha expresado la magnitud del descontento, sino también el tamaño de las mentiras presidenciales respecto a la ayuda de las víctimas. Hace dos días, el Presidente afirmó que en la región afectada se habían entregado 30 mil bonos de reconstrucción, a razón de seis mil soles cada uno. Al mismo tiempo afirmó que en total se habían invertido en el área 1,123 millones de soles. Ayer, la población de Pisco denunció que la mayoría no ha recibido bonos y qué, además, éstos son entregados “a dedo”, probablemente a compañeros apristas.Este solo hecho merece investigación por la Contraloría General de la República. Pero hay más: ¿cómo puede el primer mandatario dar una información inexacta sobre la entrega de bonos? ¿Cuánto se ha invertido en realidad por ese rubro? Y hay algo más todavía: El presidente de la Región Ica, Rómulo Triveño, ha señalado la disparidad de cifras dadas por un spot publicitario oficial, por una parte, y las difundidas por Forsur, por otra. La diferencia es asombrosa. La publicidad gubernamental afirma que en Salud se han gastado, en la zona de reconstrucción, 75 millones de soles; pero Forsur dice que son 155 millones. En Educación, dice el spot, el gasto es de 112 millones de soles; pero Forsur asegura que son 324 millones. En Vivienda se han invertido, asevera el spot, 126 millones; Forsur dice que son 500 millones.La diferencia es abismal. Alguien está haciendo trampa con las cifras. ¿Acaso porque las ha hecho con el dinero?Hay otras cifras contradictorias; pero las mostradas bastan para despertar sospechas. Los congresistas de la oposición, así como la Contraloría, deberían exigir información minuciosa tanto de Forsur como del Ejecutivo, que mandó fabricar el anuncio propagandístico. En cuanto al destino de los bonos, sugerimos una pista: la comparación de nombres de los beneficiados con la lista de afiliados al Apra en Ica, lista que fue difundida hace pocos años por el aprismo a través de Internet.Otro aspecto a investigar, lo señalamos anteayer, es el de las donaciones extranjeras. García expresó ayer que “el Estado no es una vaca lechera”. Sería un crimen que algunos bribones hayan encontrado su ubre privada en esos fondos foráneos. El alanismo gobernante, que tiene un pasado indeleble de corrupción, tiene ante sí una doble responsabilidad: responder autocríticamente por lo que no se hizo o se hizo mal; y dar cuenta exacta de los gastos de una reconstrucción inconclusa y hasta el momento frustrada.


(*) Aparecido en la columna del Director del diario La Primera.

Denuncias que por desgracia coinciden con las que ya ha hecho el congresista aprista Eduardo Nuñez y que nos hacen pensar que una auditoría o una revisión y control de los procesos del FORSUR sería como abrir otra nueva caja de Pandora que revelaría por donde se fue gran parte del gasto destinado al sur. Huele a pollo podrido.

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