Somos libres
por Fernando Maestre (*)
Cada vez que se acerca el cumpleaños de la Patria tenemos emociones contradictorias sobre la tierra que nos vio nacer, sus hombres, sus gobernantes y su futuro. En vísperas de las celebraciones, regresa a la mente nuestra historia y, con ello, las dudas sobre si alguna vez seremos un pueblo desarrollado o continuaremos deambulando por la ruta que nos lleva siempre al mismo punto de partida.Aunque exista una declaración de independencia, y sobre ella una serie de reiteraciones que nos recuerdan que “somos libres”, no lo somos en la medida en que lo soñamos. No lo somos porque los seres humanos que tienen que labrar nuestra libertad (todos nosotros) estamos segmentados por la incapacidad de llevar adelante nuestras ideas, pues el inconsciente se nos impone y terminamos desviando el proyecto libertario. La libertad es una quimera solo alcanzable parcialmente. Cuando decimos “yo soy el que opino”, en realidad, es el otro dentro de mí el que opina y las ideas de dicha opinión pueden ser de un otro que me habita. Cuando decimos “yo te amo con toda el alma”, ¿será verdad que “yo soy el que estoy amando”? o ¿será el resultado de una obsesión sexual que me hace creer que amo o que mi mente está distorsionando al ser que tengo frente a mí , que de esplendor no tiene mucho, siendo lo que percibo un simple imaginario que distorsiona mi percepción?En nuestro querido Perú también sucede lo mismo. Declamamos que “amamos a la patria y que la haremos progresar”, pero a la hora de la verdad, pensamos movidos por intereses que nada tienen de auténticos o veraces. Recordemos cómo nuestro actual presidente marchaba a la cabeza de la huelga de la CGTP, en el 2004, convertido en un paladín de los más necesitados, pero ahora, cuatro años después, cuando la CGTP le hace una huelga, no duda en apelar a la imagen de Vladimiro para que lo salve del paro. Tampoco somos libres de transitar por nuestras carreteras. No somos libres de viajar con seguridad en los ómnibus interprovinciales. No somos libres de usar nuestros aeropuertos, pues, cuando menos esperamos, están tomados. No somos libres de la inflación, pues en los dos gobiernos del presidente García se le escapa la inflación en su segundo año. No somos libres de soñar que podemos tener una atención en salud eficiente y al alcance de todos. No somos libres de dialogar con la cultura, de liberarnos de las amarras de la burocracia, de la delincuencia que no cesa, de pasear libremente por las calles y parques sin sentir temor a que nos secuestren o maten. Menos mal que sí somos libres de, cuando menos, renegar y permitir que pase esta nota sin represalia. Pese a todo, ¡FELICES FIESTAS PARA TODOS!
(*) Aparecido en su columna del diario Perú21.
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