Si vas para Chile…
por César Lévano (*)
Si vas para Chile, no vas para Bolivia. Así se puede interpretar el ataque de Alan García contra Evo Morales, porque éste se atrevió a decir que Estados Unidos está instalando una base militar en el Perú.Evo dijo lo que muchos sectores de la opinión pública nacional e internacional creen firmemente. Hubiera sido bueno que, en lugar de injuriar al Presidente de Bolivia, García desmintiera categóricamente la existencia de tal base.Llama la atención que el mandatario peruano la emprenda contra un jefe de Estado que sufre la arremetida de sectores que quieren dividir a Bolivia. Centro de operaciones de esa maniobra es Santa Cruz, la racista Santa Cruz, donde maneja intereses y conjuras el banquero Dionisio Romero, tan amigo de García. Puede decirse que el anatema del líder aprista se conjuga con los intentos secesionistas de Bolivia, cuyo bastón de mando se ubica en Washington. García sirve así los intereses del imperialismo norteamericano. Y de Chile. Llama la atención la virulencia de García, sobre todo si se compara con el silencio que guardó cuando el diario La Nación de Santiago de Chile, órgano oficial del gobierno de Santiago, el 9 de abril de este año, estampó lo siguiente:“El ex senador Sebastián Piñera, muy orondo y sintiéndose ya Primer Mandatario de Chile, se ha hecho fotografiar estrechando la mano del Presidente peruano, Alan García. Esta mismísima mano que, en el primer Gobierno alanista de 1985 a 1990, se hundió hasta el codo en las arcas fiscales del pueblo del Perú, pueblo sin memoria, que fue expoliado por García y sus amigos, los llamados ‘doce apóstoles’”. Eran líneas tiernísimas, si se comparan con lo que a continuación seguía:“¿Alguien puede imaginar de buena fe que el ilustrado Piñera no sabía qué mano estaba acariciando tan tiernamente con la suya? En 1991, cuando ya Alan García había dejado el Gobierno, el Parlamento peruano lo acusó por un sinnúmero de delitos: enriquecimiento ilícito, coimas en la compra de aviones y otras acusaciones más propias de un gángster de Las Vegas que de un ex Presidente”.Y continuaba el escriba de la Presidenta Michelle Bachelet:“La misma tierna manecita que levantó el teléfono para ordenar la cobarde matanza de 300 prisioneros en las cárceles de Lurigancho, El Frontón y Santa Bárbara. La misma mano que usted aprieta, Piñera, fue responsable de centenares de asesinatos a sangre fría, mientras el joven Presidente se iba de putas por semanas, tieso como pata de perro envenenado”.Lo acusaba, pues, el diario gubernamental chileno, de ladrón, asesino y corrompido, pero García dio la callada por respuesta.Ahora, en cambio, arremete contra el Presidente de Bolivia, un país con el que el Perú debe, por razones históricas, diplomáticas, militares y políticas, cultivar la mayor amistad.
Si vas para Chile, no vas para Bolivia. Así se puede interpretar el ataque de Alan García contra Evo Morales, porque éste se atrevió a decir que Estados Unidos está instalando una base militar en el Perú.Evo dijo lo que muchos sectores de la opinión pública nacional e internacional creen firmemente. Hubiera sido bueno que, en lugar de injuriar al Presidente de Bolivia, García desmintiera categóricamente la existencia de tal base.Llama la atención que el mandatario peruano la emprenda contra un jefe de Estado que sufre la arremetida de sectores que quieren dividir a Bolivia. Centro de operaciones de esa maniobra es Santa Cruz, la racista Santa Cruz, donde maneja intereses y conjuras el banquero Dionisio Romero, tan amigo de García. Puede decirse que el anatema del líder aprista se conjuga con los intentos secesionistas de Bolivia, cuyo bastón de mando se ubica en Washington. García sirve así los intereses del imperialismo norteamericano. Y de Chile. Llama la atención la virulencia de García, sobre todo si se compara con el silencio que guardó cuando el diario La Nación de Santiago de Chile, órgano oficial del gobierno de Santiago, el 9 de abril de este año, estampó lo siguiente:“El ex senador Sebastián Piñera, muy orondo y sintiéndose ya Primer Mandatario de Chile, se ha hecho fotografiar estrechando la mano del Presidente peruano, Alan García. Esta mismísima mano que, en el primer Gobierno alanista de 1985 a 1990, se hundió hasta el codo en las arcas fiscales del pueblo del Perú, pueblo sin memoria, que fue expoliado por García y sus amigos, los llamados ‘doce apóstoles’”. Eran líneas tiernísimas, si se comparan con lo que a continuación seguía:“¿Alguien puede imaginar de buena fe que el ilustrado Piñera no sabía qué mano estaba acariciando tan tiernamente con la suya? En 1991, cuando ya Alan García había dejado el Gobierno, el Parlamento peruano lo acusó por un sinnúmero de delitos: enriquecimiento ilícito, coimas en la compra de aviones y otras acusaciones más propias de un gángster de Las Vegas que de un ex Presidente”.Y continuaba el escriba de la Presidenta Michelle Bachelet:“La misma tierna manecita que levantó el teléfono para ordenar la cobarde matanza de 300 prisioneros en las cárceles de Lurigancho, El Frontón y Santa Bárbara. La misma mano que usted aprieta, Piñera, fue responsable de centenares de asesinatos a sangre fría, mientras el joven Presidente se iba de putas por semanas, tieso como pata de perro envenenado”.Lo acusaba, pues, el diario gubernamental chileno, de ladrón, asesino y corrompido, pero García dio la callada por respuesta.Ahora, en cambio, arremete contra el Presidente de Bolivia, un país con el que el Perú debe, por razones históricas, diplomáticas, militares y políticas, cultivar la mayor amistad.
(*) Aparecido en la columna del Director del diario La Primera.
Si bien consideramos que Evo ya estaba bastante pesado y que no tendría porque jugar al Chavez del Antiplano en plan de meteco también hicimos notar que Tobi García nunca le responde igual a Estados Unidos o a Chile (y en su primer mandato se la pasaba confrontándose con los gringos hasta por la entrega de los premios Oscar). El artículo en mención del diario chileno La Nación fue firmado por un periodista y no por la Bachelet (que es astuta para estas típicas jugadas políticas) y lo reproducimos conjuntamente con el artículo que escribió el maestro Lévano y que figura en el archivo del mes de abril como TAMPOCO, TAMPOCO. Y también le contestamos con la irreverente malcriadez que nos caracteriza.
Sin embargo nosotros tomaríamos las relaciones con Bolivia usando pinzas ya que la Historia demuestra lo mal que nos ha ido al aliarnos con los boliches que ahora andan en locos coqueteos con sus maltratadores amigos de Chile. ¿ Masoquismo ?.
Al gusto por el golpe, nada lo talla. Amor serrano, le dicen.
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