¿ CHATEANDO CON EL ENEMIGO(A) ?

Terroristas islámicos esconden mensajes secretos en el chat
Palabras clave como "taxista", "masa", "antigua casa", "casamiento" y "enfermos" son utilizadas para planear ataques contra blancos civiles.
"Un taxista con masa se casó en la antigua casa". Es una frase que pocos entenderán, pero que bien puede significar un mensaje en clave, tal como se utilizan en los chats en círculos allegados al terrorismo de islamistas radicalizados.
En esos diálogos en la red se intercambian palabras comprometedoras por otras más normales, sin que la frase en sí sea comprensible, afirmó el presunto terrorista Redouane E.H. en un juicio contra círculos radicalizados en Alemania. "Se trata de que no lo entienda cualquiera que lo vea", dijo en una de las sesiones en el proceso que enfrenta ante el juzgado de Schlewsig, en el norte del país, acusado de haber apoyado a una organización terrorista.
El "taxista" no es otra cosa que el autor de un atentado suicida, la "masa" es el explosivo que lleva. La "antigua casa" no es otra cosa que la patria afgana y con "casamiento" se refieren a la muerte de mártir que le espera al atacante suicida.
Hay quienes están "enfermos", lo que significa que fueron arrestados, por lo que queda claro que un taxista enfermo no puede casarse. Un "enfermero", sin embargo, no es alguien que atienda a un preso, sino a un líder espiritual.
Es una comunicación conspirativa que va cambiando constantemente para evitar que lo descifren los servicios de inteligencia, de espías y traidores. "No es nada nuevo, siempre se utilizó ese sistema", admite Andreas Christeleit, el portavoz de la Fiscalía Federal, en Karlsruhe. Se trata de saber traducir las palabras inofensivas para dar con el verdadero sentido que se la han dado.
En Alemania se arrestaron en septiembre tres personas a los que se descubrieron planes muy adelantados para realizar atentados. La policía los detuvo a tiempo. También ellos se intercomunicaban vía Internet, o con llamadas telefónicas. Para hablar de los atentados se referían a "los regalos".
Lo fundamental en la tarea de descifrar los códigos es constatar cuáles son las palabras, aparentemente inofensivas, que más se repiten. "Si determinadas palabras aparecen una y otra vez en los mensajes que se intercambian las personas a las que se está investigando, es porque seguro que tienen un significado distinto al real", dice Christeleit.
Según el acusado Redouane, los infiltrados son nombrados "perros", y los "cerdos" son siempre los soldados que integran las tropas de ocupación extranjera en Afganistán o Irak.
Los "ingenieros" son los que arman las bombas, algo relativamente fácil de deducir. Más difícil fue entender lo que significaba cada vez que aparecía la palabra "FIFA", por las siglas del organismo rector del fútbol mundial: se trata de la red de combatientes muyaidines en la resistencia afgana e iraquí.

Mañana mismo desinstalo el camfrog y el yahelite. Quien sabe si esa zamba grandota que se "nickea" como "la pantera venezolana" es una terrorista del nacionalismo chavista. Esta noticia parece inspirada en alguna de las novelas de Tom Clancey y al parecer, pretende convertir la suave y dulce mañosería del chateo en algo paranoico y pajeramente elaborado. El terrorista -en esta noticia de REUTER- esta diseñado sobre ciertos esquemas que se asemejan bastante al material reciclado del cine americano y que desde tiempos inmemoriales utiliza la codificación para darle el caracter secreto al mensaje que se envía. Esto lo practica la humanidad entera y el razgo que mejor lo define es el del etnocentrismo que pretende generar diferencias en un plano casi sutil en el que los grupos se separan de la mayoría por usar -digamos- el lenguaje de los chisiricosoros o la jerga de los raperos.

En un mundo lleno de miedos y obsesionado con la persecución; la desconfianza reina entre los seres humanos disfrazada de sospecha. Teorías como está, que confiesa cierta voz de la demencia contribuyen a que cada día nos entendamos menos con más tecnología. Los verdaderos y reales usos del chat aún no se dan en el contexto para el que fueron creados.