La indiferencia premeditada es asesinato (1) por Guillermo Giacosa (*)
El político y científico social suizo Jean Ziegler vuelve a conmovernos con lo que los otros callan. Se ocupa de los 'refugiados del hambre', de aquellos que huyen de África hacia Europa acosados por un futuro en el que no hay lugar alguno para la esperanza. Los casos de seres humanos, al borde de la agonía, intentando alcanzar las Islas Canarias o el estrecho de Gibraltar se calcula en dos millones anuales, de los cuales 2,000 mueren en el Mediterráneo y, otros tantos, en el Atlántico.
Ante esta avalancha -cuyas causas son múltiples y complejas, pero que están inevitablemente ligadas al orden económico actual-, el silencio o la media voz es lo que predomina para salvar la buena conciencia de los europeos y seguir aparentando que representan la parte humanitaria y sensible de la sociedad civilizada.
El secretario general de la Federación Internacional de las Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja declaró: "Esta crisis se silencia totalmente. No solo nadie ayuda a estas personas acorraladas, sino que ni siquiera hay una organización que elabore las estadísticas que den cuenta de esta tragedia cotidiana".
Ziegler, despiadado para con los que no tiene piedad, relata casos concretos que tienen su punto más alto, no en las personas muertas de hambre y sed, sino en la indiferencia disfrazada de preocupación con la que se les auxilia. En verdad, el ideal sería que murieran de hambre en sus países de origen pero, como son tercos y pretenden vivir sin saber que no están programados en los planes de quienes manejan los destinos del planeta, la segunda opción ideal es que mueran antes de llegar.
Entre otros muchos relatos de muerte, Ziegler relata un caso que pinta de cuerpo entero la actitud del mundo industrializado frente a los que poco o nada tienen: "A 150 kilómetros al sur de Malta, un avión de observación de la organización Frontex (estructura militar semiclandestina) localizaba una 'zodiac' atestada con 53 pasajeros que zozobraba en el mar agitado. A bordo de la 'zodiac', las cámaras del avión identificaron a niños pequeños y a mujeres. De regreso a su base, en La Valette, el piloto informó a las autoridades maltesas, quienes se negaron a actuar con el pretexto de que los náufragos estaban en la 'zona de investigación y auxilio de Libia'.
La delegada del Alto Comisariato de las Naciones Unidas para los refugiados pidió a los malteses que enviasen un barco de auxilio. No se hizo nada. Europa no se movió y se perdió todo rastro de los náufragos. ¿Cómo denominar esta conducta? ¿Hay algún adjetivo que pueda expresar toda la miseria que contiene?".
Si no es suficiente, he aquí otra información silenciada: "Miles de africanos, incluidos mujeres y niños, acampan frente a las barreras de los enclaves españoles de Ceuta y Melilla (África) en el árido Rif. Por prescripción de los comisarios de Bruselas, los policías marroquíes rechazan a los africanos en el Sahara. Sin provisiones ni agua, cientos, quizá miles, perecen en las rocas y en las arenas del desierto". (Continúa mañana).
(*) Aparecido en su columna del diario Perú21
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