Bajo el cielo de París por César Lévano (*)
He llegado a París cuando, según el almanaque, empieza la primavera. Pero hay un frío de dos grados sobre cero. Drôle de printemps (rara primavera) título de un diario. Pero lo importante es que llego a un París en el que la oposición ha vuelto a derrotar al derechista presidente Nicolas Sarkozy. No sólo en las dos elecciones municipales, sino también en la que se ha llamado “la tercera vuelta”, es decir la elección, el 20 de marzo, de los consejos generales, que son los ejecutivos departamentales. La oposición ha conseguido la presidencia de 58 consejos; la derecha, sólo de 43.Llego a París ansioso de conocer también la visión europea de la crisis económica que sacude a Estados Unidos. A diferencia de lo que ocurre en nuestro país, acá, como en todo el orbe civilizado, sí se puede conocer la naturaleza de los grandes fenómenos de la actualidad y sus perspectivas, que conciernen a todos los países.Me atrajo desde siempre el orbe de la cultura francesa por su plétora de información sobre el mundo. La inteligencia francesa, desde Montaigne, desde Voltaire, se ha interesado por otros mundos, por otras culturas.Además, esta capital cosmopolita es un observatorio de la escena mundial. Es así como encuentro en el conservador diario alemán Frankfurter Allgemeine un artículo de primera plana en el que el economista Holger Steltzner escribe:“El sistema financiero global está en su mayor crisis desde la Segunda Guerra Mundial. Esta crisis es peor que la ocurrida en el estallido de la burbuja de Internet en las bolsas por el cambio del milenio, más alevosa que el crash bursátil de 1987 y más dura que el shock que siguió a los atentados terroristas en Estados Unidos. En esta crisis la pérdida de la confianza se expande de un mercado a otro, como el veneno peligroso para un cuerpo.”Steltzner señala entre los culpables de la crisis no sólo a los bancos, sino a la propia Reserva Federal estadounidense que alentó la especulación inmobiliaria.Para salvar a Wall Street, el autor propone una devaluación mayor del dólar.Joseph Stiglitz, respondiendo a lectores de The Independent de Londres, coincide en que esta es la peor crisis desde la guerra y añade: “La idea de que los mercados se autorregulan, de que los mercados sin trabas conducen, como por una mano invisible, al bienestar de todos, ha sido reiteradamente refutada (la gran depresión fue la refutación más elocuente).”Stiglitz precisa: “El desafío es conseguir el equilibrio correcto entre los mercados y el gobierno, entre la regulación y la innovación; pero no la innovación al servicio de los bancos.”Otros economistas avizoran bajas de las materias primas y recomiendan no mantener reservas sólo en dólares. (Desde Francia)
(*) Aparecido en la columna del Director del diario La Primera
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