domingo, 16 de marzo de 2008

OPUS ANCHOVETA



Gobierno venderá pescado a un sol el kilo por Semana Santa
Con esta medida se busca evitar el alza de precios y desabastecimiento durante esa temporada. Serán 300 toneladas distribuidas en siete distritos de Lima y en provincias.
El Gobierno distribuirá en todo el país 300 toneladas de pescado para que sea consumido por la población en Semana Santa, y así descartar cualquier desabastecimiento y elevación de su precio, informaron el primer ministro, Jorge del Castillo, y el ministro de la Producción, Rafael Rey.
Rey informó que a partir del martes y hasta el jueves se instalarán 73 puntos de venta de pescado en 16 distritos de Lima, y 9 en provincias, que ofrecerán jurel a un sol el kilo en la capital, y 1.50 en provincias.
El ministro que el ministro ha adoptado todas las medidas para llevar pescado a precios módicos a las mesas peruanas en estas fiestas santas, por lo que no hay ninguna razón para el desabastecimiento ni la elevación de su precio.
Agregó que su sector pondrá en marcha un mecanismo de control, para identificar a los malos comerciantes que aumentan su precio, y denunciarlos ante el Indecopi.
Los distritos donde se instalarán las casetas de venta son, entre otros, La Victoria, Ate Vitarte, Pachacamac, Villa María del Triunfo, Puente Piedra y Santa Anita.
Las provincias, por su parte, son Cajamarca, Huanuco, Junín, Huancavelica, Ayacucho, Apurimac, Cusco, y las provincias limeñas de Huaral y Cañete-Mala.


Mientras los grandes armadores pesqueros (dedicados al negocio de la harina de pescado) cada vez gozan de mas y mejores cuotas de pesca, el Ministro Rey ofrece cubrir el posible desabastecimiento y la anual carestía (por semana santa) empujándonos el gusto hacia el producto del mar con la dichosa anchoveta. Nadie le ha dicho al Ministro Rey lo que podría hacer con las salchichas de este pescado horroroso. Tampoco le han avisado que hace mas de tres semanas los pescados blancos finos -corvina, mero, lenguado charella, robalo, chita- brillan por su ausencia y estan carísimos en el mismo terminal pesquero. El atún va y viene y los pescados de las mesas con billeteras no tan afortunadas -perico, cabrilla, tollo, loro, etc- están, como todos los productos de primera necesidad, por las nubes.

Como la caballería, tarde para salvarnos de estos programitas estipulados por extrañas razones. Además la idea de comer pescado por semana santa nos parece digna para esos tragahostias de las iglesias que interpretan todo al pie de la letra y siguen haciendo una moda de costumbre de lo que debería llevarse con la mas pura y limpia convicción de fé. La conciencia no sabe a bacalao. Menos a anchoveta.

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