jueves, 22 de mayo de 2008

ESQUELETOS EN EL ARMARIO




THE STUPID BOX ATTACKS AGAIN por Hugo Del Portal


Ayer el maestro César Hildebrandt escribió un excelente artículo en su columna del diario La Primera. Normalmente leo y posteo los escritos de los Césares (Hildebrandt y Lévano) de este periódico, en su totalidad. Muy pocas veces los comento porque sus ideas suelen ser tan contundentes que no requieren alguno de mis ociosos apuntes motivados siempre por un estado constante de insatisfacción.
Sin embargo lo expresado ayer me lleva -inevitable chamba- a señalar que contamos con una estaciones de televisión, unos medios que bien podrían incurrir en la historia universal de la pelotudez y/o de la sinvergüencería y que por variados y de seguro pestíferos enjuages políticos es manejada por una verdadera manga de zamarros que se hacen llamar, con bastante descaro, broadcasters.
Ha ido la decadencia jugando a la par, casi como esas paredes mágicas y perfectas de Cueto y Cubillas, para que la caja boba que administran, dirigen y explotan sirva a los fines de los personajillos mas aviesos y siniestros. Así, cualquiera que nos cante el tango del holocausto y paralelamente coloque colchones como proveedor del estado podrá ser beneficiado con la plata de todo los peruanos mientras a los fonavistas se les mezquina la justa devolución de sus aportes. Claro un fonavista no tiene línea editorial, no tiene su Chichi rabiosa, ni la sexualidad ambigua de quien supone que el mejor análisis político es el que proviene de la payasada del palomilla de ventana. Si puedes llegar a una gran cadena zombies peruanos puedes dejar de pagar impuestos y saltar de amigo a enemigo de las dictaduras según lo demande el interés de tu billetera. Y también puede mascullarle al amo de turno: " que es mejor que me de mi ricocan y que llevemos la fiesta en paz porque, amo mío, aquí esta mi prensa de barra brava, mi humor de cloaca y mis ucases de dueño para defender nuestro común bienestar ". Lo demás importa un bledo, podemos acusar a la gente de terrorismo y cuando salgan libres y exculpados nos haremos los tercios y acusaremos (cambiando el tema) a los cholos resentidos de subversivos, racistas e intolerantes, disimulando que nuestra actitud es la causante de esas expresiones de enemistad y hasta de odio.
La televisión nacional no existe como tal. Refleja miserablemente lo sucio y barato de la piratería intelectual. Así las ideas del programa argentino de Pablo y Pachu (ex-colaboradores de Video Match) sirven al guionista (de pata de palo) del programa cómico de canal cinco, estilo nacional de trabajo en donde la pantografía es una ciencia al lado de la conveniente echadera.
Carlos Alvarez -amén de haber servido a los intereses del Fujimontesinismo- ha tenido el cuajo de llamar a uno de sus programas con el nombre de: "Caiga quien caiga" (CQC argentino por el que se paga el uso de la patente) y el nuevo proyecto de la Sra Valcarcel viene del programa americano del mismo nombre, que se hace también en Argentina por la Productora Ideas del Sur de Marcelo Tinelli y que es -mas que una simple bailadita- un reallity en donde los famosos mediáticos se insultan con el jurado y que cuenta con la inversión de una producción millonaria. En su actual edición una de las concursantes es la famosa ex-congresista italiana, Ilona Staller diva de películas pornos junto al desaparecido Jhon Holmes y conocida por todos los exégetas de la triple XXX como la Cicciolina.
La poca originalidad hace de los programas políticos unos continuos rebuscadores de los blogs (de donde alimentan el destape semanal) y unos veedores de los canales internacionales como denunciamos en este blog hace unas semanas con el informe del derrame de mercurio que Panorama copió sin pestañear del que semanas antes presentó Veronica Insausti en una cadena internacional y que -sinceramente- estaba cien mil veces mejor hecho que el que pretendió plagiar el barbón Guerrero. La prensa escrita también suele sucumbir a los encantos de la familia blogera. Algunos sin la correspondiente mención. Gajes o rajes o hurtos del oficio.
La prensa que se supone que hace investigación y denuncia política, sabe entrevistar a paisanos de mala prensa, mal hablados y atarantados. Los hace papilla en el set mientras el Presidente Regional no adicto al gobierno suda copiosamente pero ( y este pero si vale) si se trata del maleado de Aznar o la trepadora de la Chechu toman un tono sumiso francamente lamentable. Muy vivas y recias jugando de locales con equipos de provincias pero con el pechito frío y hasta timido para ponerse de igual a igual con cualquier poderoso internacional que le puede quitar publicidad al canal o a la frecuencia que les da de comer con el avisaje. Porque es la tanda comercial quien dice a quien si y a quien no en los programas políticos. Telefónica, Saga Falabella y el Banco de Crédito, para citar unos cuantos ejemplos de empresas que debieron y deberían ser investigadas son intocables para la dueños de los medios.
Hablar de personas en la televisión es referir una lista de sometidos a este imperio de autocensura. Hablemos de los que no se dejaron y por lo tanto, siendo de los mejores en lo suyo, no están. César Hildebrandt y César Lévano, el recién choteado Guillermo Giacosa, el Dr Jorge Bruce (sólo como invitado para hablar de temas sociales) Juan Carlos Tafur, Veronica Insausti, Herbert Mujica, toda la gente de pasado izquierdista, y la relación de excomulgados continua.
Detenerme a invitarlos a una campaña por una televisión de mejor calidad, ligeramente pensante sería para mi (negado a cualquier compromiso) un alarde de fatuidad, además todavía puedo tener cable e internet y puedo escoger que diablos veo, lo que me ayuda a librarme de Carlos Alavarez y su humor chato, racista y ramplón, de Jaime Baily y su pequeñez productiva, de Genaro y su obra del pirata cojo, de las Tulas, las Barbozas, las Gisellas, las Lauras(2), las Magalys, de Beto Ortiz haciendo un trabajo que al parecer odia, de los cambios de ritmo de la Chichi, de la paradójica lucha interior de Rosa María, de los muñecos de Canal 7 que tienen mas vida que el Presidente y los Ministros interrumpiéndonos con el día de la marmota que suelen ser sus actividades y con toda aquella aplicación de la teoría del ahuevamiento que sufre la gente que depende de la señal abierta.
Y todo con un fondo musical de la etnia de los chicheros liderada por ese sujeto ridículo que canta -en guturales ruidos que el llama inglés- cosas sobre la pasión pituca y el efecto en las hormonas de la palabra click.
Con el primer gobierno del Apra, el Perú cayó fulminado ante los extremos de la idiotez absoluta, Fujimori cogió el muerto, lo vendió por partes y construyó el paraíso de la decadencia que heredaría un decepcionante dipsómano que se hizo mandatario cuando lo llamaban Pachacutec. Terminada su juerga muy bien administrada por el omnipresente PPK volvió la génesis de la estupidez, en esta ocasión corregida y aumentada y deseosa de cumplir el encargo de los patrones de exterminar con bombardeos mentales de ondas hertzianas (de alta y baja intensidad) lo que nos quedaba como posibilidad para la recuperación de nuestras conciencias. Parece que han ganado muchas batallas pero la guerra debe ser nuestra, no nos queda otra. Sino, al lado de Forrest Gump vamos a parecer borderlines.

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