jueves, 15 de mayo de 2008

INCUMBE A LA CUMBRE





Cumbres: Un mundo o ninguno por Guillermo Giacosa (*)
La cita que encabeza esta nota pertenece a Albert Einstein y fue pronunciada cuando la Guerra Fría amenazaba incendiarnos en un holocausto global. Aquella amenaza pasó, y cuando todos nos ilusionábamos con un mundo donde triunfara la vida con abundancia y justicia, nos encontramos con este esperpento globalizado donde el matrimonio entre alta tecnología y codicia ha creado abismos sociales donde millones de seres humanos le temen más a la vida que a la muerte y donde las palabras ética y compasión se han transformado en sonidos carentes de contenido, casi un inútil lujo del lenguaje.
La V Cumbre ALC-UE se da en un contexto mundial donde se torna visible, por la magnitud del fenómeno, por el hambre, que permanecía oculta u olvidada tras las cifras radiantes de los mercados, o por los silencios mercenarios de la prensa.
Esa aislada burbuja ha estallado y es de esperarse que el escándalo humano que este hecho comporta genere un cambio de actitud hacia las delirantes diferencias que separan a ricos de pobres. A hambrientos de satisfechos. A desheredados de aquellos que, como decía Gracián, no podrán digerir en un año lo que comen en un solo día. No se trata de igualar hacia abajo, se trata de que 'abajo' se parezca más al purgatorio que al infierno.
Deberán aceptar los distinguidos huéspedes del Perú que el hambre actual no es una coyuntura pasajera, sino un fenómeno que comenzó a agravarse con la crisis de la deuda de los años 80 y cuya causa principal no reside principalmente en el cambio climático o en el aumento de algunos insumos, sino en los juegos especulativos que el mercado permite.
Hoy se 'juega' apostando al alza o a la baja de los granos que constituyen el alimento básico de la mayoría de la población mundial, y ese 'juego' de inocente apariencia puede provocar cataclismos humanos que no necesariamente son deseados por aquellos que los causan. Para no agravar aún más la situación, "se hace imperativo un congelamiento de la especulación en los mercados de alimentos de primera necesidad" (Michel Chossudovsky), lo que contribuiría a bajar, inmediatamente, sus precios. Claro que para ello hace falta voluntad política.
No se si a esta voluntad se aplica, regresando a Einstein, un pensamiento del sabio: "Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad". Supongo que, transitando por otros circuitos del cerebro y pasando por otros tamices, pero con el mismo poder, la voluntad política es la única capaz de torcer el curso de los acontecimientos.
Siendo la V Cumbre ALC-UE una reunión de carácter eminentemente político, sería estimulante que expresaran su sensibilidad humana pronunciándose sobre este tema en el cual nuestros hermanos europeos tienen, junto con Estados Unidos, un alto grado de responsabilidad.
Reafirmarían así un concepto tan fundamental como olvidado: la política es la preocupación por el bienestar general.


(*) Aparecido en su columna del diario Perú21

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