Irán, último objetivo del guerrero Bush por Guillermo Giacosa (*)
¿Qué suerte de advertencia divina recibirá George W. Bush que le permite descubrir, de pronto, que terroristas otrora 'malvados' pueden pasar al bando de los buenos y hasta se hacen acreedores a financiación de su gobierno?
En las últimas semanas, los Mujaidines del Pueblo (MEK) -que son tan radicales en sus demandas como muchos otros grupos similares- han abandonado la lista de 'malos' establecida por el Departamento de Estado y han pasado a integrar la de acreedores de apoyo por parte del democrático gobierno de los Estados Unidos. La explicación es más pedestre y pusilánime que teológica. El MEK realizó, durante la guerra Irán-Irak, atentados terroristas en Irán a favor de Saddam Hussein. Sobre el particular, Human Rights Watch tiene un largo y documentado informe que relata las atrocidades contra los derechos humanos cometidas por este grupo que el agua bendita de la Casa Blanca transmutó, usando su alquimia política habitual, de demonios en ángeles.
En realidad, hay una cierta lógica pues EE.UU. financió parte de esa guerra para debilitar a los ayatolas iraníes que habían despojado del poder al Sha Reza Pahlavi, ahijado preferido de los gringos en la región, después de Israel, naturalmente. Para Bush, dos guerras durante su mandato son pocas y, antes de partir, quiere dejarle al nuevo presidente(a) una papa mucho más caliente que Irak y Afganistán: Irán.
Para ello, ha decidido financiar toda suerte de operaciones clandestinas destinadas a sabotear la economía iraní y minar el apoyo político hacia su gobierno. En realidad, está buscando una causa que pueda justificar ante el pueblo de los EE.UU., que en un 70% está contra la guerra en Irak, un ataque hacia Irán. Ya el Congreso estadounidense ha otorgado una partida de 300 millones de dólares para financiar dichas operaciones con el acuerdo del partido único en el interior del cual se encuentran republicanos y demócratas.
El MEK es una de las tantas organizaciones terroristas que recibirá subsidios, armas, entrenamiento, al igual que antes lo hicieron con los talibanes de Afganistán con el resultado final que todos conocemos. Los muchachos de la Casa Blanca no aprenden. El breve periodo de mejoría militar en Irak ya es historia, y el pantano y su 'honor' los obliga a profundizar el conflicto como si esperaran, en la ampliación del infierno creado, encontrar respuestas que hasta hoy no han podido hallar. Algunos llaman a esta política "fuga hacia delante". Otros prefieren no mentar el asunto para no salpicar sus relaciones con una superpotencia que, consciente de su decadencia, actúa con una violencia y una irreverencia hacia los principios de la convivencia humana que recuerdan las épocas más oscuras de la humanidad.
Quien diga lo contrario se ahogará en su falta de argumentos, y esa es otra de las razones por las cuales la prensa solo ofrece noticias puntuales y se muestra incapaz de ubicarlas en un contexto que las vuelva comprensibles. No hay nada que comprender. Aparte del petróleo, el resto es pura irracionalidad.
(*) Aparecido en su columna del diario Perú21
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