LA ETERNA PERDIDA DE LA HUMANIDAD

Riñones por alimentos por Guillermo Giacosa (*)
Layla Awar es una poeta iraquí cuyos textos, transidos de dolor, me conmueven:
"Es hora de cenar. Ayer, antes de acostarme, puse en remojo unas judías. Solo una ensalada de atún, con judías, tomates, quizá un par de papas hervidas y unas aceitunas. Esa será mi cena de esta noche: ensalada de atún con judías aliñadas con aceite de oliva y un trozo de pan. No puedo garantizarles aquí una alimentación orgánica, y esto es todo a lo que puedo aproximarme. Saludable, ¿verdad? Puse las judías en una olla y las dejé hervir. Mientras tanto, leí unos artículos que había postergado y hallé lo siguiente:
"Riñón a cambio de pan en el Irak rico en petróleo".
"No podía soportar ver llorar de hambre a mis niños sin poder conseguirles ni un trozo de pan", contó Ali Hassnawi, un vecino de Bagdad de 34 años. "Un amigo me dijo que había vendido un riñón y decidí hacer lo mismo. Conseguí 1,500 dólares por él; dos meses después, mi esposa consiguió 3,000 por el suyo porque el hombre que lo compró estaba casi muriéndose".
La pobreza en que se hayan sumidos los habitantes del Irak ha llevado a muchos, como Hassnawi y su mujer, al mercado negro de órganos, donde los riñones son los más buscados. Los precios varían entre 500 y 5,000 dólares, dependiendo de la urgencia. Los vendedores pueden ser localizados en las puertas de los hospitales o en los cafés cercanos. Un trabajador del hospital hace de mediador en el trato por una comisión del 10%. Desde 2003, más del 90% de los donantes proviene de los suburbios de Bagdad y de otras ciudades.
"Tenemos tan catastrófica situación en Irak que los pobres venden sus órganos para sobrevivir", dice un cirujano renal del Hospital Karama, pidiendo el anonimato. "Nos alegra saber que salvamos vidas, pero es duro ver que se hace por dinero y no por amor. Una vez me negué a operar a un niño cuando averigüé que el donante, otro niño de 12 años de edad, estaba siendo forzado por su padre que lo había vendido por 4,000 dólares". La policía informa haber descubierto muchos cadáveres a los que les falta el riñón o las córneas. Indican que hay una mafia que funciona con la ayuda de médicos, que extraen esos órganos de civiles asesinados.
Esos órganos son sacados de Irak hacia países vecinos, donde se venden por cantidades inmensas. Un funcionario de la Organización Mundial de la Salud presionó para que se persiguiera ese mercado de órganos. Pero admitió que, en un país que sufre una situación tan grave de seguridad, no hay quien pueda controlar esa cuestión. Un comprador explica: "Ellos querían vender y yo quería salvar mi vida, y ambos dejamos el hospital con algo para poder sobrevivir: un nuevo riñón para mí y dinero para alimentar a sus niños".
Durante los años de las sanciones, el eslogan era "petróleo por alimentos". Ahora, en el Irak rico en petróleo, es el orgánico "riñones por alimentos". De repente sentí náuseas. Olvídense de mi cena de judías con aceite de oliva y pan. Hablemos de ustedes. ¿Qué saludable cena orgánica van a tomar esta noche en sus prósperas y maravillosas democracias?".

(*) Aparecido en su columna del diario Perú21.

Anotemos que este hecho ocurre en todo el mundo (inclusive en el Perú) donde la gente vende su sangre, sus órganos (los que se puedan vender) como consecuencia de un mundo que basa sus reglas en un sistema miserable que desprecia la vida.