jueves, 22 de mayo de 2008

RAMBO EN AYACUCHO



Un plan Colonia por César Lévano (*)
El Perú está en peligro de padecer una nueva ola de violencia, por culpa de un gobierno claudicante que ha autorizado el ingreso masivo de soldados estadounidenses a nuestro suelo. La historia de nuestra América, en especial de Colombia, enseña que los militares yanquis traen en sus mochilas sangre, dolor y ­abuso.La congresista ayacuchana Juana Huancahuari ha denunciado que son más de un millar los militares yanquis que llegarán a Ayacucho. Esto es realmente una amenaza para la vida y la seguridad de los peruanos.Sabido es que Estados Unidos protege a sus soldados con un manto de impunidad. Por eso no permite que, en caso de asesinatos, violaciones, torturas u otros crímenes contra los derechos humanos, aquellos puedan ser juzgados por la Corte Penal Internacional.Algo más. La experiencia de Colombia demuestra que Estados Unidos suele fomentar acciones armadas con el pretexto de combatir al narcotráfico. Con ese sucio negocio financiaron las armas para que los contras atacaran a la Nicaragua sandinista. En Colombia se ha comprobado que enviados yanquis pagados por el pueblo estadounidense para combatir el narcotráfico comerciaban droga decomisada, y la consumían.El nuevo contingente viene con el pretexto de realizar acciones humanitarias. Si tratan de demostrar el buen corazón estadounidense, ¿por qué, en lugar de invadirnos con soldados, no envían médicos, medicinas, hospitales, como hizo Cuba cuando nos azotaron terremotos?El primer vicepresidente de la República, Luis Giampietri, alega que el proyecto de ingreso de tropas extranjeras ha sido aprobado por el presidente regional de Ayacucho, Ernesto Molina. ¿Quién ha autorizado a Molina? Después de todo, se trata de un personaje que antes fue fujimorista. El pueblo de Ayacucho debería pedir cuentas a Molina por esa actitud, que pone en peligro su paz, a la par que atenta contra la soberanía y el interés nacional.Los defensores de la incursión yanqui alegan que ésta ha sido aprobada por los ministros de Defensa, Educación y Salud. Todos ellos acatan la posición del presidente Alan García. El responsable ante la historia es el actual Jefe del Estado.La mayoría del Congreso ha aprobado este ingreso masivo de militares norteamericanos. Ni siquiera se ha preocupado por fijar condiciones y límites a esa soldadesca “humanitaria”.Durante el semestre negro de esa incursión foránea, el país debe mantenerse alerta y vigilante.


(*) Aparecido en la columna del Director del diario La Primera

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