Hay en salmuera dos Cumbres. La de los grandes amarres y la de los cholos. Los medios de comunicación local y extranjero -blogs fatuos incluídos- han destacado el aspecto folkcloricón de la Cumbre de los pueblos mostrándonos el aspecto de feria de chinaca popular y plaza de Trafalgar de Londres (que reune a los discursantes variopintos seguidores de Antauro y a los creyentes del Alfa y Omega en un solo recinto) dejando de lado -por idiotez o mermelerismo- a importantes expositores nacionales e internacionales a los que bien valdría la pena escuchar como aplicándonos una buena dosis de desahuevina cultural. Pero nada, aquí nos interesan los primeros planos de Hugo Blanco (que por más dinosaurio que sea fue el organizador de los primeros sindicatos campesinos en el Sur y tiene un valor histórico le pese a quien le pese y así se nos presente como el estereotipo del cholo fashion luchador soga en lugar de correa) o darle una repasadita zoom a las artesanías, a las viandas o a las gringuitas post Vietnam, jipilongas y deseables que nos mostraban en los ambientes de la UNI. Al menos esta gente humilde no nos jodió el tráfico ni condenó al mes de quiebra a los pobres comerciantes, y menos se la van a llevar en paila como los encobartados de la otra cumbre. Para no amargarnos he circulado una encuesta entre los muchachos de la barra (sendos jeropas) y luego de muchas deliberaciones escogieron varias cumbres que son como las que nos ha recomendado el doctor para este mal de encierro al que nos han sometido esta semana nuestros -cada vez mas espesos- gobernantes (que ahora se autodefinen como izquierdistas agitadores de inversiones, ¡que buenaaa, pero que buenaaa!) y sus socios solapas del mercantilismo nativo con esos ojitos de ratones golosos que ya soborean el queso por el que merodean con obvia avidez.
Mejor tomésmolo a la broma. La chanza siempre hace temblar a quienes se pretenden poderosos y atrapados entre dos angustias -como Indiana Jones en el puente colgante- utilizemos la salida de la espada filosa del humor.
De nada, sirvánse. Y provecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario