El arte de la metáfora por César Lévano (*)
El Arte Poética Reeleccionista del Apra (cuya sigla es APRA) ha decidido arremeter contra las imágenes de la poesía.Alan García ha asegurado que si lo dejan “cinco años más, tendrá usted más del doble del asfalto de lo que tenemos”.Los complacientes periodistas de El Comercio que lo entrevistaron le preguntaron, entonces: “¿Piensa usted reelegirse?”. Respuesta: “No, no, es una metáfora.”Lo cual nos recuerda que cuando dijo que a los corruptos había que botarlos “a patadas”, su intérprete Jorge del Castillo precisó que se trataba de una metáforaAmbos personajes ignoran, por lo visto, el significado de la palabra metáfora. El académico Fernando Lázaro Carreter indica en su Diccionario de Términos Filológicos que la metáfora es un tropo mediante el cual se presentan como idénticos dos términos distintos. Su fórmula más sencilla es A es B (“Tus ojos son dos luceros”, canta el vals criollo).En la metáfora más elaborada o metáfora pura, B reemplaza a A: sus perlas (en lugar de sus dientes).A veces, la metáfora está escondida. Por ejemplo, cuando cierta canción expresa: “Se cuenta que el otro día, / cuando el lucero salió, / al ver tus ojos decía: / ¡para qué he salido yo!”.El recordado Francisco Umbral, en su libro Un ser de lejanías, discurriendo sobre la metáfora, nos asombra con ésta: “Cuando la cosa se constituye en metáfora se salva del tiempo y de la ruina. La mujer no es sino un jarro tembloroso de agua. Si disociamos esta imagen, la mujer se marchitará pronto.”Don Fernando Lázaro Carreter explica que existe un tipo muy frecuente de metáfora, llamada en alemán Animalisierung (animalización), que consiste en emplear nombres de animales como términos metafóricos: llamar, por ejemplo, asno a un hombre torpe. Una animalización doble, casi una animalada, cometió Federico More cuando dijo que “los apristas son búfalos educados por asnos”. Fue en los pasionales años 30. ¡Y se refería a los apristas de entonces!En alguna parte escribió Jorge Luis Borges que el primer hombre que comparó a la mujer con una flor fue, ese sí, un poeta. Todos los demás somos unos babosos que hemos trivializado la metáfora. Sin embargo, el autor de Historia de la eternidad recuerda que, a fines del siglo X, Malherbe quiere consolar a un amigo por la muerte de su hija, y escribe: Et, rose, elle a vécu ce que vivent les roses. (= Y, rosa, ella ha vivido lo que viven las rosas).En suma, las palabras de García y Del Castillo no tienen nada que ver con la metáfora. Son, metafóricamente, una patada a la poesía. Incluyen, además, insultos a la cordura. García dice, por ejemplo, que no le debe votos a nadie. Mal agradecido con la derecha. Cuando le recordaron el puntapié a Jesús Lora, García engordó la vulgaridad: “cada uno siente las cosas donde le gusta.”
(*) Aparecido en la columna del Director del diario La Primera
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