viernes, 11 de abril de 2008

CONDONANDO LA CRISIS





Preservativos amazónicos y recesión gringa por Guillermo Giacosa (*)
Para espanto de católicos y neoliberales fundamentalistas, el Gobierno brasileño distribuye millones de condones en forma gratuita todos los años. "El Estado no tiene por qué financiar el placer" fue la opinión de un columnista de este mismo diario cuando en Perú se decidió, también, distribuir preservativos sin costo alguno.
La ceguera ideológica no les permite ver que esa distribución gratuita ahorra al Estado, a la larga, millones de soles pues evita enfermedades de transmisión sexual, secuelas de abortos realizados en condiciones infames e hijos no deseados en familias que poco tienen para mantenerlos y que terminarán, casi siempre, engrosando las filas de desocupados.
Los brasileños, por su parte, luego de importar más de un billón de condones en los últimos años, han decidido instalar una fábrica estatal (leyó bien, estatal) de preservativos en la selva amazónica. Se trata de una iniciativa destinada a ahorrar divisas, a preservar la salud y a aprovechar el látex del caucho de los árboles de la Amazonía. La iniciativa me parece realmente fantástica ya que es obligación del Estado cuidar la salud pública y porque, además, dará trabajo a 500 familias y ayudará a preservar (qué mejor tarea puede llevar adelante un preservativo) el mayor bosque tropical del planeta.
Ignoro si los condones estatales brasileños, "as camisinhas", como les llaman por esas tierras, tendrán impreso el pabellón nacional con su amenazante lema 'Ordem e Progreso'. En ese caso, los usuarios afianzarán en cada 'trepada' (acto sexual) su amor por la patria y sentirán que, si bien el trabajo no abunda y la reforma agraria no se hace, al menos en el sexo, como en el fútbol, todos tienen acceso a un goce sin más restricciones que las propias fuerzas.
RECESION GRINGA. Se calcula que la recesión en EE.UU. producirá en la banca que tiene papeles de ese país una pérdida de 945 mil millones de dólares. La Reserva Federal, organismo privado integrado por un grupo de grandes bancos, admitió que se está preparando para una contracción del crecimiento en el primer semestre del año y para una pequeña recuperación en el segundo. Esta admisión oficial de la recesión causará un devastador efecto psicológico no solo en los mercados sino, también, en los consumidores estadounidenses.
El FMI, organismo donde EE.UU. dispone de poder de veto, jamás es escuchado por el país que es su principal patrocinador. ¿Qué es eso de no subsidiar el agro o a algunos bancos en peligro? Nada, esos son consejos para Perú, Argentina, etc. Nosotros, piensan los gringos, nos hicimos grandes protegiendo y subsidiando, y ahora queremos seguirlo siendo aprovechando las ventajas que nos otorga impedir que otros lo hagan.
Esta vez, el FMI dijo: "La actual turbulencia no es una mera circunstancia relacionada con la liquidez sino, más bien, un reflejo de fragilidades fundamentales en los balances y una capitalización deficiente, y eso significa que los efectos van a ser más amplios, profundos y prolongados".



(*) Aparecido en su columna del diario Perú21

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