miércoles, 23 de abril de 2008

OPACA BOLA DE CRISTAL



El futuro se llama incertidumbre por Guillermo Giacosa (*)
Ignacio Ramonet, en Le Monde Diplomatique, asegura que la crisis que vivimos a nivel cada vez más universal es "la más dolorosa desde el final de la Segunda Guerra Mundial". Pero no son sus palabras, de por sí valiosas. Son las palabras de uno de los actores principales en el desencadenamiento de dicha crisis: Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal estadounidense. Luego, Ramonet da dos cifras que son más que elocuentes para que nadie dude de lo que Greenspan dijo: "En solo 60 días, las mil principales empresas del planeta han perdido 158,000 millones de euros, es decir, más que el Producto Interior Bruto (PIB) anual de países como la República Checa o Colombia. Y el valor bursátil de esas mismas mil grandes corporaciones, en los últimos ocho meses, ha disminuido en unos tres billones de euros, o sea, más que la suma de los PIB anuales de Alemania y de Brasil".Por su parte, en España, las cajas de ahorro acumulan ya 1,600 millones de euros en créditos dudosos concedidos a constructoras e inmobiliarias.
"Cuando estalló la burbuja de las hipotecas basura, la Reserva Federal estimaba que las pérdidas de los bancos se elevarían a unos 100,000 millones de euros. Hoy, se calcula que se sitúan entre 200,000 y 300,000 millones, aunque diversos analistas consideran que alcanzan, en realidad, los 600,000 millones. Y algunos expertos hasta sostienen que el volumen real de las pérdidas no es inferior a los dos billones de euros".
Hoy, más que nunca, se hace realidad la advertencia de Patocka: "El futuro se llama incertidumbre". Más aún cuando al drama económico financiero se agrega uno mayor que la estupidez humana deja en segundo plano, y que es la destrucción del medio ambiente. En el caso de las finanzas, nadie tiene respuestas que, luego, la realidad corrobore. Esta realidad, según Ramonet, es que las cifras, por demenciales que parezcan, son casi normales comparadas con los volúmenes financieros que se manejan.
Entonces, se pregunta: ¿Por qué se ha engendrado semejante crisis? Y la respuesta que da es: "Porque ha habido tanta especulación y tanto engaño, que ahora domina la desconfianza. Se extienden como regueros de pólvora los rumores. Y toca el sálvese quien pueda".
Lo que relata luego se aproxima a la ciencia ficción: Según el New York Times, la caída del Bear Stearns, el quinto banco de inversión del mundo, fue producida por una jauría (más que el perro simbólico que menciona Alan García) de la cual formaban parte "algunas de las personas más poderosas de Wall Street y de Washington". Ellas organizaron la caída de Bear Stearns con la complicidad de la Reserva Federal, que favoreció su compra -el periódico llama "latrocinio"- en favor de JP Morgan Chase. Lanzaron campañas de rumores sobre la iliquidez de Bear Stearns y, en menos de 100 horas, sus acciones pasaron de 70 a 2 dólares. De nada sirvieron los documentos que el banco presentó para probar la falsedad de los rumores. El golpe psicológico estaba dado y los buitres ya comenzaban a disfrutar su nuevo festín.


(*) Aparecido en su columna del diario Perú21

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