sábado, 26 de abril de 2008

EL RÁBANO POR LAS HOJAS



Un error grave por Rosa María Palacios (*)
Tanto SL como el MRTA son culpables del asesinato cruel de miles de peruanos. También lo son de la pérdida de derechos humanos básicos, como el derecho a elegir, a asociarse o a transitar. El ejercicio de estas libertades fue, por más de una década, un riesgo de vida o muerte. La respuesta del Estado, militar y policial, fue a veces ejemplar y a veces feroz. Se inscribió dentro de las reglas y fuera de ellas. El Estado democrático triunfó, pero otros miles de peruanos tuvieron que sacrificar su derecho a vivir, a ser libres o a tener un nombre honorable en este fuego cruzado que hasta hoy no se termina de apagar.
Las asociaciones que surgieron para defender derechos humanos cometieron dos errores fundacionales que irrumpieron, otra vez, el jueves. El primero, se enfrentaron con fuerza al Estado y con tibieza a los movimientos terroristas. Los condenaron, es cierto, pero fracasaron en que se notara el esfuerzo.
El segundo, fueron monopolizados por militantes de partidos de izquierda, que confundieron sus agendas políticas y negaron la defensa de los derechos de todos. La izquierda se apropió de la marca "derechos humanos" de forma excluyente, y la derecha (poco afecta a la defensa de libertades que no sean económicas) se atrincheró en posiciones autoritarias que justifican cualquier cosa con tal de tener una paz aparente.
Conociendo estos antecedentes, Aprodeh ha cometido un error, y uno grave. El incidente de la Eurocámara es la última línea de esta maniquea historia donde ambos lados reducen al adversario a una caricatura de maldad, pero Aprodeh ha preferido la agenda política del mes a un asunto de Estado.
Es cierto que este, y cualquier gobierno, podría usar el temor natural que le tenemos al terrorismo para encarcelar sin pruebas (como lo están haciendo con Melissa Patiño), pero desenmascarar el autoritarismo no requería de estas jugarretas. ¿Qué les costaba apoyar una moción que, dicho sea de paso, era una cortesía con el Estado peruano sin ningún valor jurídico?
Lo que hace muchos años debió ser un consenso liberal (¿qué más liberal que defender la vida, la libertad y la propiedad?) que uniera a la sociedad peruana en la defensa de todos nuestros derechos no ha florecido todavía. ¿Hay remedio? Si el movimiento de derechos humanos quiere reivindicarse con su historia, debe pedirle al Consejo Europeo, en donde se define este asunto, que incluya al MRTA, aunque no haya disparado una bala en 10 años, como movimiento terrorista. Hacerlo favorecería ese consenso que hoy es esquivo.
(*) Aparecido en su columna del diario Perú21. Caricatura del mismo diario en la sagaz pluma de Heduardo.
Al parecer la confusión sigue. Y seguimos siendo la república de las apariencias.

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