martes, 1 de abril de 2008

CRISTINA Y LOS SUBTERRÁNEOS (VERSIÓN ARGENTA)







Los muchachos de Moyano y la CGT estuvieron en la Plaza, con vino tinto, gaseosa y algún que otro porrito
Miles de camioneros con sus remeras verdes de "Moyano Conducción" avanzaron por Diagonal Sur, rumbo a la Plaza de Mayo para apoyar a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner en su lucha contra el campo. Con centenares envases de Coca Cola y Pepsi, pero con vino tinto y otro tipo de mezclas en su interior, cerveza y fernet calmaron la sed en el caluroso mediodía porteño. A Perfil.com, presente en el cuerpo de la marcha, le llamó la atención el olor a marihuana que salía de las columnas de militantes y fotografió a un afiliado del sindicato de gaseosas fumando el último tramo de un cigarrillo de marihuana, conocido como "tuquita". En varios tramos de la movilización se sentía el aroma inconfundible de la marihuana. Un dato no menor, desde las oficinas de las secretaria de Comercio Interior, de Guillermo Moreno, saludaban a los manifestantes con fuegos de artificios, intensificando el clima festivo del acto. Así como las escenas pornográficas del campo, cuando los chacareros arrojaban leche o frutas en la ruta, estas postales de los asistentes a la Plaza de Cristina son aspectos del conflicto que hay que mostrar, aunque den vergüenza.


Hace muchos años cuando cayó Perón, la quinta presidencial (ya demolida, creo actualmente ahí hay un parque) fue abierta al público para mostrar los logros personales del Presidente de los descamisados y de su mujer la mitíficada Evita. Ahí se exhibía con cierta impudicia los coches de lujo -alrededor de diez- que Juan Domingo había adquirido durante su mandato y hasta el Rolls Royce que usaba su mujer con espléndidas manijas de oro. Después de esto suponemos que como le ocurrió a la familia Buendía y a todos los habitantes de Macondo el pueblo argentino sufre de una amnesia colectiva similar a la que azotó a los personajes de Cien años de soledad. Nunca nos hemos podido explicar esa anomia terrible por la cual la Sra Cristina se ha hecho con tanta facilidad de la primera magistratura argentina sucediendo a su cuestionadísimo esposo a quien el periodista Jorge Lanata logró descubrirle una compra extraña de propiedades (como 14) en el Calafate. Datos que cualquiera puede obtener de la página del periodista Lanata.com
Ahora y contra quienes representan lo mejor de la industria y el trabajo argentino, sin discusión, la gente del campo, que se levanta en la madrugada a laborar (no como las dirigencias políticas que se levantan para el robo y la joda) y que tiene una dura brega todo el día y que realmente son la reserva económica y moral, graficando lo mejor de un país (de fútbolistas ambiciosos y carnosas vedettes) se les carga el bolsillo aumentándole los impuestos a niveles en que prácticamente se les confisca la mitad de sus ingresos y que ni siquiera se ve reflejado en una justa redistribución de la riqueza. Porque estas expropiaciones canallas solamente engrosan las cuentas bancarias de los poderosos y el mantenimiento de los comechados sindicales vendidos al mejor postor (como estos que desfilan y apoyan borrachos y fumados) y de la planilla que cubre los gastos del clientelismo político. Estamos con los pequeños productores argentinos del campo que son una muestra de trabajo sacrificado y honesto. Estamos contra estos gobernantes procaces ante los cuales los Garcías y los Correas parecen maravillas de estadístas. ¿Qué ha pasado con el pueblo de Argentina empeñado en construir sus olvidos? Un pueblo que se muestra tan indiferente con el cambio, tan ridiculamente orgulloso de sus logros deportivos, de su turismo reputo, o de sus anacrónicas vanidades, está condenado a llenarse de notas ayuda memoria para buscar su propio destino. Wake up.

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