sábado, 12 de enero de 2008

HIJO DEL TIO SAM





Uribe, rehén de la historia por César Lévano (*)
El final feliz del caso de las ex secuestradas Clara Rojas y Consuelo González ha sido ­aplaudido por la opinión pública en el mundo y en Colombia misma. Ese resultado deja un saldo político sombrío para Álvaro Uribe, quien, igual que otras veces, puso trabas al proceso, cerró la posibilidad de mediación de gobiernos amigos y se ganó la condenación de los familiares de los secuestrados.Nuestro diario es acusado de chavista y de ser subvencionado por Venezuela. Esa calumnia canallesca, reiterada a sabiendas de su falsedad, no nos impide reconocer en esta ocasión que Hugo Chávez, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, ha actuado con acierto y sentido humanitario.El presidente Uribe, tan amarrado a los mandatos de Wa­shington y a los vínculos con los paramilitares asesinos y narcotraficantes, impotente rehén de la historia, se ha visto obligado a declarar: “Debo reconocer que ha sido eficaz el proceso ­adelantado por el presidente Hugo Chávez de Venezuela”.Me alegro por la liberación de las dos políticas colombianas y, además, celebro que el niño Emmanuel, ex secuestrado, pueda ahora reunirse con su recién liberada madre, Clara Rojas.Al margen del buen resultado presente, creo necesario subrayar una propuesta que el comandante Tomás Borge, embajador de Nicaragua en el Perú, formuló en nuestro diario el domingo último. “Desde mi punto de vista”, escribió Borge, “las FARC deberían liberar a la totalidad de los rehenes, incluyendo, por supuesto, a la señora Ingrid Betancourt. Éste sería un golpe formidable a la derecha de Colombia y de Estados Unidos y una gloriosa bandera para las guerrillas.” La mayoría de las opiniones que se han expresado en las últimas horas, después de la liberación de las dos secuestradas, se corresponden con lo propuesto por Borge.El afán de buscar salidas pacíficas para el conflicto interno de Colombia se acaba de plasmar en estas palabras de Hugo Chávez: “Presidente Uribe, úseme, estoy a la orden. Replanteo lo de ir al Guaviare o al Caguán porque me monto en un helicóptero y en tres horas estoy hablando con Marulanda… Colombia tiene 60 años de guerra, ya está bueno”.Borge sabe lo que es la guerra y la guerrilla. Por ello mismo su propuesta apunta a un horizonte de paz. Debería ser atendida. Si las FARC escucharan el consejo de Borge no sólo obten­drían un triunfo político, sino que abrirían cauce para una nueva atmósfera en la enturbiada realidad de Colombia. Una posibilidad es que se iniciara un diálogo serio sobre el carácter real de sus fuerzas y su lucha. Esclarecer la historia de una violencia que empezó en verdad el 9 de abril de 1948, el día del asesinato
del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán; esclarecer esa historia será un servicio a los pueblos de América.


(*) Aparecido hoy en la columna del Director del diario La Primera

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